Todavía me sorprende ver a gente que sigue escuchando la radio, algo que ya ha pasado a ser tan obsoleto como el video, porque si los Buggles cantaron aquello de que el video mató a la estrella de la radio, ahora alguien debería cantar que los ordenadores han matado a la estrella del video, ¿qué más se le puede pedir a un ordenador de última generación?, lo tiene todo... Recuerdo también aquella hermosa y tierna canción de Kate Bush titulada “And dream of sheep”, en la cual hay una estrofa que dice:
-I can't keep my eyes open,
wish I had my radio,
I tune in to some friendly voices
talking 'bout stupid things...
-No puedo mantener mis ojos abiertos,
ojalá tuviera mi radio,
sintonizaría con algunas voces amistosas
hablando sobre tonterías...
Me acuerdo de cuando siendo niño colocaba un pequeño transistor al lado de mi almohada y empezaba a navegar entre interferencias, escuchando esas voces amistosas que hablan sobre tonterías, pero que me acompañaban cuando ya no podía seguir con los ojos abiertos. Al estar ubicado en esta isla del Mediterráneo me llegaban emisoras desde cualquier punto: norte de Africa, Francia, Italia... Me resultaba muy interesante escuchar toda esa amalgama babeliana de voces y músicas lejanas, como procedentes de un pasado del que no llegué nunca a formar parte... Más tarde, cuando me instalé por mi cuenta en la ciudad, solía volver del trabajo cumpliendo una especie de ritual que consistía en: recoger el correo del buzón, ponerme un café, acostarme en la cama fumando un cigarrillo y escuchar la radio, como en una canción...
Dejando la oficina, caminando bajo la nieve, tomando un tranvía para Onkel Pö,
a media tarde y la luna con su anillo, tropezando en la entrada, con las bicis y las escaleras.
Aparto el pestillo y me deslizo a la habitación, me quito el abrigo, recojo el correo,
y me pongo un café. Me acuesto en la cama, echo la cabeza atrás y me fumo un cigarrillo.
Y escucho la radio,
escucho la radio...
En la ciudad de noche y tarde, doble sesión, en blanco y negro, "Bitter Tears" y "Taxi to the Klo",
Encuentras un bar, evitas una pelea, enseñas tus papeles, eres educado,
volviendo a casa sin ningún sitio más donde ir.
Te quitas el abrigo, recoges mi nota, te pones otro café, te acuestas en la cama, echas la cabeza atrás
y te fumas otro cigarrillo.
Y escuchas la radio,
escuchas la radio...
Parásitos cuando oscurece, ruidos y voces del pasado a través del dial desde Moscú a Colonia,
interferencias en la noche, a miles de millas de distancia,
emisoras de radio desvaneciéndose en lo desconocido.
Así que quítate el abrigo, prepararemos unas tostadas y pondremos unos cafés,
nos acostaremos en la cama, echaremos la cabeza atrás y nos fumaremos otro cigarrillo.
Y escuchemos la radio,
escuchemos la radio,
toda la noche...
Este maxi contiene cuatro temas: la versión ampliada del tema de Robinson, otra en vivo en Alemania, un tema breve y bastante experimental titulado “Don´t do me any favours”; para terminar un cover del tema a cargo de los Pukka Orchestra...
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Nacido en Cambridge en 1950, Tom Robinson era un chico del coro hasta que su voz se quebró, y todo lo demás se quebró a partir de ahí; se enamoró de un compañero de la escuela en tiempos en los que la homosexualidad en Inglaterra era algo todavía penado con la cárcel. Destrozado y muerto de vergüenza, Tom intentó suicidarse a los 16 años. Un profesor lo rescató trasladándolo a una pionera comunidad terapéutica para adolescentes problemáticos en Kent.
Tom hablando sobre esta canción: “En realidad escribí esta canción mientras vivía en Hamburgo en el 82, donde estaba el famoso club Onkel Pö, pero me tomé algunas libertades artísticas con la letra: no había tranvías en Hamburgo en aquel entonces, y ambas películas “Las amargas lágrimas de Petra Von Kant” y “Taxi Zum Klo” eran en color, no en blanco y negro”...
Notas cinematográficas:
“Las amargas lágrimas de Petra Von Kant”
Película alemana, dirigida por Rainer Werner Fassbinder y estrenada el año 1972. Petra von Kant es una exitosa y arrogante diseñadora de moda. Trata con desprecio a Marlene, su secretaria. Pero cae rendida ante Karin, una joven atractiva que aspira a ser modelo. Las dos se van a vivir juntas empezando una atormentada relación.
“Taxi zum Klo”
Esta mítica película cuenta la historia de Frank (Frank Ripploh), un profesor gay de Berlín, que acaba siendo despedido por salir del armario. Frank vive con su pareja, Bernd (Bernd Broaderup), que trabaja en un cine. Sin embargo, ambos tienen personalidades muy diferentes: si Bernd es un romántico, que desea una vida tranquila en pareja, a Frank le gusta recorrer los barrios bajos de Berlín en busca de encuentros sexuales fugaces.
Xim #10