LA VUELTA A LOS ORÍGENES EN SUECIA
El antiguo maestro destilador de Absolut, Börje Karlsson, una vez jubilado, se ha dedicado a cumplir un sueño que debió estar rondando su cabeza tras muchos años de producir vodka a partir de granos de cereal: Crear un vodka de alta calidad, elaborado íntegramente de patata. Visto desde la distancia, el vodka de patata me trae a la memoria viejas películas donde ateridos soldados del frente ruso destilaban aguardiente usando patatas y cualquier cosa que pudiese hacerles entrar en calor. De hecho, históricamente el uso de patata para el vodka se ha restringido a los años de hambruna y mala cosecha de cereal, donde la escasez de grano para cocer el pan hacía que la patata fuera el único ingrediente disponible para destilar.
Tras una sola destilación (cosa impensable en cualquier vodka premium de cereal, donde no se suele bajar de cuatro destilaciones), ha logrado un producto de altísima calidad y un sabor excepcional.
Otro acierto ha sido la elección del diseño de la botella, que dentro de las líneas simples que caracterizan el diseño nórdico, alcanza una elegancia extrema a la vez que huye de las barrocas frascas que suelen albergar a sus compañeros de los países del este.