Voluntad de vivir manifestandose

Por Dayana Hernandez

   El declarar que dejaré la mística no es fácil, es algo a lo que me he dedicado por largo tiempo, viendo cómo está ha exacerbado de manera notoria mi ansiedad y tristeza, me inclino ahora por una búsqueda más física de la tranquilidad que tanto necesita mi alma. Puede ser una idea relacionada con la psicología, no lo sé aún, pero tengo la claridad de que el conocimiento de cómo funciona nuestro cerebro química y orgánicamente es una gran herramienta que nos puede llevar a entender porque muchas veces nos sentimos fuera de recursos en nuestra propia condición. Ya sabré con el tiempo si esto me llevará por un buen camino o si será una pérdida de tiempo, sin embargo ninguna búsqueda es una pérdida de tiempo ¿verdad?, como sea, he decido convertirme en una devota a la realidad.

El título de esta publicación es el de un poema de Reinaldo Arenas, aquí un poco más de él pues siempre es apropiado leerle:

“He contemplado el infierno, la única porción de la realidad que me ha tocado vivir, con ojos familiares; no sin satisfacción lo he vivido y cantado. Asi lo haré hasta el final del comienzo. Solo me arrepiento de lo que no he hecho. Hasta última hora la ecuanimidad y el ritmo”

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Todo lo que pudo ser, aunque haya sido,
jamás ha sido como fue soñado.
El dios de la miseria se ha encargado
de darle a la realidad otro sentido.
Otro sentido, nunca presentido,
cubre hasta el deseo realizado;
de modo que el placer aun disfrutado
jamás podrá igualar al inventado.
Cuando tu sueño se haya realizado
(difícil, muy difícil cometido)
no habrá la sensación de haber triunfado,
más bien queda en el cerebro fatigado
la oscura intuición de haber vivido
bajo perenne estafa sometido.

La Habana, 1972

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