Y parece que tras las elecciones se podría hablar de cambio de ciclo en muchas comunidades autónomas y ayuntamientos; es decir, se ha cubierto una etapa y ahora comienza otra. Y a muchos de los que estaban gobernando les va a tocar estar en la oposición, y viceversa. Algo normal en democracia que debe ser aceptado con deportividad porque, al fin y al cabo, ahí ha sido donde la gente ha querido que estén unos y otros, aunque pueda parecer injusto, aunque no se haya (a juicio de muchos) valorado el buen trabajo realizado por la gran mayoría de gobernantes, pues da la sensación de que estos han recibido en su propia cara una bofetada dirigida contra otra persona, ya sabéis a lo que me refiero. Ahora, a los que pasan a la oposición les toca resetearse y ponerse las pilas, cambiarse al uniforme de campaña e ir escavando trincheras. Un volver a empezar para muchos y un empezar para otros que solo han conocido las mieles del éxito y del control del boletín oficial. Y los que asumen este nuevo rol de oposición, tras unos días de descanso (pocos) para cambiarse el chip y ser conscientes de esta nueva situación, les toca empezar a trabajar desde el minuto 1, con la vista puesta en los próximos 4 años. Y se ha de trabajar mucho. Se ha de analizar lo realizado, detectar los errores y, sobre todo, hablar con la gente, tomarle el pulso a la sociedad, porque muchas veces el gobierno tiene eso, que se aleja. Son 4 años los que se tienen por delante, pero el tiempo vuela, por eso se ha de empezar desde ya. Solo así, y con cambios en otras esferas, en las próximas elecciones se podrán recuperar las alcaldías y comunidades autónomas perdidas. Pero desde ya hay que volver a empezar.
Y parece que tras las elecciones se podría hablar de cambio de ciclo en muchas comunidades autónomas y ayuntamientos; es decir, se ha cubierto una etapa y ahora comienza otra. Y a muchos de los que estaban gobernando les va a tocar estar en la oposición, y viceversa. Algo normal en democracia que debe ser aceptado con deportividad porque, al fin y al cabo, ahí ha sido donde la gente ha querido que estén unos y otros, aunque pueda parecer injusto, aunque no se haya (a juicio de muchos) valorado el buen trabajo realizado por la gran mayoría de gobernantes, pues da la sensación de que estos han recibido en su propia cara una bofetada dirigida contra otra persona, ya sabéis a lo que me refiero. Ahora, a los que pasan a la oposición les toca resetearse y ponerse las pilas, cambiarse al uniforme de campaña e ir escavando trincheras. Un volver a empezar para muchos y un empezar para otros que solo han conocido las mieles del éxito y del control del boletín oficial. Y los que asumen este nuevo rol de oposición, tras unos días de descanso (pocos) para cambiarse el chip y ser conscientes de esta nueva situación, les toca empezar a trabajar desde el minuto 1, con la vista puesta en los próximos 4 años. Y se ha de trabajar mucho. Se ha de analizar lo realizado, detectar los errores y, sobre todo, hablar con la gente, tomarle el pulso a la sociedad, porque muchas veces el gobierno tiene eso, que se aleja. Son 4 años los que se tienen por delante, pero el tiempo vuela, por eso se ha de empezar desde ya. Solo así, y con cambios en otras esferas, en las próximas elecciones se podrán recuperar las alcaldías y comunidades autónomas perdidas. Pero desde ya hay que volver a empezar.