¿Sabes una cosa? A veces pienso que me gustaría no haber vivido nunca una primavera o una Semana Santa tuya y poder experimentarlo todo de nuevo por primera vez. Luego lo vuelvo a pensar (con lo mal que a mí se me da pensar), y prefiero que no; que sabiendo cómo es, me gusta, aún si cabe, cada año más y más.
Pienso en no poder tenerte y estar contigo y me falta el aire, me ahogo, no puedo respirar. Soy como ese animal enjaulado en el zoo que ansía la libertad. Y mi libertad eres tú.
Cuando todo está mal, cuando las cosas no salen como deberían, cuando sólo se amontonan los problemas, siempre estás, esperando pacientemente para consolarme. Porque por muy mal que vaya todo, sigues ahí.
“Volver a ti” como se titula esta entrada es la mayor expresión de amor que te puedo ofrecer hoy, Sevilla, en este Miércoles de ceniza de 2020. Aunque “volver” signifique regresar de un sitio y yo, nunca me he ido ni nunca me iré.
Se me amontonan las ideas al igual que las palabras y los sus sucesivos párrafos de todo lo que te quiero decir. Así que no diré más, tú y yo sabemos lo que siento por ti desde que un día pensé que sólo estaba yo. Ingenuo de mí.
Me tranquiliza la idea de saber como ya he dicho antes, que vaya como vaya todo, siempre podré contar contigo y podré volver a ti como he hecho durante toda la vida.
Siempre tuyo.