En 1985, el excéntrico científico Emmett Brown convierte un auto De Lorean en una máquina del tiempo en la que el adolescente Marty McFly viaja por accidente hasta 1955. Allí, este intrépido joven conoce a sus padres cuando aún son estudiantes de preparatoria, despertando el interés romántico de su propia madre y provocando así un desastroso cambio en los acontecimientos venideros. Esa es la premisa que da pie a los divertidos embrollos de Volver al Futuro, un largometraje que en los 80 enseñó a toda una generación de niños y adolescentes a amar el Cine, y que aún hoy puede ser disfrutado sin problemas por los espectadores más jóvenes, ya que parece desafiar el paso de los años, tal y como lo hacen sus personajes.
En cuanto a reconocimientos, este film fue nominado a cuatro premios Óscar, ganando el de Mejor Edición de Efectos de Sonido, y postuló a cuatro Globos de Oro, incluyendo el de Mejor Película. Pero más importante aún es que Volver al Futuro siempre está presente en los diversos recuentos de los mejores largometrajes de todos los tiempos, además de haber sido seleccionada para su conservación por la Biblioteca del Congreso de los EE.UU., gracias a su enorme trascendencia cultural. Tales consideraciones han llevado a populares series como Los Simpsons y Family Guy a homenajear a esta cinta, que también tuvo su propia versión animada para la televisión.
Y aunque en principio no estaba concebida para tener una continuación, su inesperada acogida hizo que Volver al Futuro se transformara en una exitosa trilogía cuyas dos secuelas no superaron a la original a pesar de su mayor presupuesto, aunque tampoco desentonaron, dejándonos otros momentos inolvidables, además de recaudar entre las tres casi mil millones de dólares alrededor del orbe.
Y este fue nuestro humilde tributo a un clásico que honra la esencia misma del Séptimo Arte: hacer volar a la imaginación sin conocer límites de espacio ni tiempo.