Evidentemente, 1kg de calamares a 8euros/kg, 1 pollo cortado a 5 euros y 3 latas de atún cerca de los 4 euros son algunos de los culpables del mar humor una mañana de sábado de esta ama de casa de 3 niños menores de 16 años, un marido en paro y 43 años de edad.
Llamadme eterna optimista pero creo que una de las grandes ventajas que podemos extraer de esta asfixiante crisis económica, que parece que no podremos sacudirnos de encima en un futuro próximo, es el retorno a las legumbres.
Los guisos de lentejas, garbanzos, judías blancas y alubias que en la España de hace unos años se consumían día sí día también, lejos de popularmente conocerse como la carne de los pobres, deberían ocupar un lugar de prestigio y nada avergonzante en nuestras mesas.
Por cada 100 g de legumbres secas obtenemos unas 350 kilocalorías, razón por la cual no entiendo cómo se han empeñado en decir que este alimento engorda y debe eliminarse si se quiere adelgazar. Mas bien creo que esta mala fama de alimento calórico debería llevársela el acompañamiento que se le añada al guiso (chorizo, morcilla o el tocino ) más que la legumbre per se. Además, debido a su elevado contenido de fibra tiene un efecto saciante más que interesante en caso de dietas para la pérdida de peso.
Sus calorías vienen aportadas, en gran medida, por los hidratos de carbono, siendo el componente mayoritario el almidón, aunque también destaca en su composición su contenido en proteínas que puede variar entre un 15-20% en el caso de las judías y un 40% en el caso de la soja.
De acuerdo, un alto contenido en hidratos y también tiene proteínas y fibra...parece un alimento de lo más completo ¿alguna pega? Sí, que esas proteínas no tienen el mismo valor biológico que las de origen animal, es decir, no tiene todos los aminoácido esenciales que nuestro organismo necesita pero, como diría mi madre, "todo en esta vida tiene solución, excepto la muerte" por lo que adicionando un cereal -llevamos años añadiendo el arroz a las lentejas sin saber de la importancia nutricional de este hecho cotidiano- o bien, complementándolo con algún alimento de origen animal, como el pescado o los lácteos conseguimos obtener un perfil proteico óptimo con todos los aminoácidos que necesitamos.
Tampoco pasaré por alto otro inconveniente que muchos de vosotros seguro conocéis: son muy flatulentas lo que las convierte en un plato de difícil y pesada digestión en muchos casos. Esto se debe a su contenido en celulosa, hemicelulosas y pectinas, componentes de la fibra del alimento pero que al ser resistentes al ácido gástrico y a las enzimas digestivas llegan intactas al intestino grueso donde son fermentados por sus bacterias. Como he mencionado antes, todo tiene solución:
-"Asustando a las lentejas", es decir, rompiendo el hervor retirando la olla del fuego o echando agua fría durante la cocción disminuímos al máximo estos componentes productores de gas
- Pasando por la turmix o el chino también eliminamos gran parte de la cubierta de las legumbres y por ende, son mucho más suaves
-Adicionar comino, apio,romero, tomillo o hinojo también facilitará su digestión
Y qué decir de su alto contenido en fibra que las convierte en una solución natural y económica para aquellos que padezcáis estreñimiento al igual que para aquellos a los que el colesterol os da quebraderos de cabeza. También es interesante su consumo si queréis prevenir enfermedades como la diabetes debido a su bajo índice glucémico.
En definitiva, lo que popularmente es considerado un atraso y una vuelta a la alimentación de antes, a base de económicos pucheros y potajes de legumbre y verdura, resulta ser un paso adelante en el ámbito nutricional y todo un alivio para una dieta española cada día más saturada de la influencia estadounidense.