volver de Shanghai

Por Elarteporlaarquitectura

De Shanghai uno trae la decisión de volver, como todos los que se dejaron la ciudad antes que él. También recuerdos, como el del ambiente del mercado un domingo por la mañana. La tienda de leche es un un frigorífico grande, con puerta hermética de frigorífico, en el que el cliente tiene que entrar para elegir y pagar. Los pescateros tienen su producto vivo, nadando en barriles de plástico. Y el producto no son solo pececitos, también son anguilas y serpientes deslizándose unas sobre otras en eterna pelea por salir del cubo. Un puesto de noodles larguísimos, flores para el té, raíces con sabor a regaliz de palo, muchos chinos por todos lados y casi ningún extranjero.

Recuerdos de un día cualquiera. Una frase de Shamim, arquitecto iraní que lleva 10 meses en la ciudad: everything is posible in China, as much as everything is imposible. Todo es posible si tienes contactos. Eres alguien si -y solo si- conoces a otro alguien. Y si no tienes el contacto, no conoces, no sabes, puede ser muy difícil algo que de donde vienes es rutina. Un Lamborghini puede aparcar en la acera junto a la puerta de la peluquería favorita de su dueño. Para que no tenga que andar por la calle, donde los vendedores ambulantes acosan al transeúnte ofreciendo memorias USB, collares hechos a mano con flores naturales, masajes a domicilio, sexo, fruta fresca o un conejo en una jaula.

El turista que busca monumentos antiguos, un pedazo de historia, o ver parte de la China tradicional, auténtica y milenaria, seguramente quede decepcionado con Shanghai. No es una ciudad bonita, por lo menos en el sentido occidental de “lo bonito” porque no tiene nada que ver con el equilibrio y la composición griegas que son la base occidental para juzgar el arte y lo estético. Shanghai es una exhibición del exceso, del amor por lo demasiado alto, iluminado, ruidoso.. y feo. Lo feo tiene un encanto irresistible, puede que porque es lo único sincero, lo que no pretende ser un hito monumental, una parte de historia o un signo de la auténtica milenaria civilización china.

Las galerías de arte se agrupan en distritos artísticos y el artista suele estar trabajando en el mismo lugar en el que expone, un poco separado de las masas en una 2ª altura, pero siempre dispuesto a charlar con los visitantes-compradores.

M50, artistic suburb:

Shanghai Sculpture Space:

Merece la pena Pudong (este del río Huangpu) de noche:

Una vez allí, hay que subir a por un trago a la terraza de Flair:

Donde hay miles de opciones es en la vida nocturna y no hay que perderse uno de esos locales para chinos, como Angelina Pub donde las lámparas de araña compiten con focos rojos, azules, máscaras..

y nunca dejar de maravillarse por los lugares en los que duermen los chinos -para ver más ir a sleepingchinese.com

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y Yan’an Cao Chonqing Lu