Buscar a los chicos del colegio, volver a casa, hacer un “click” mental para dejar la oficina de lado y ponerte en modo “mamá” para conectarte con ellos, tus hijos (y quizás algún amigo también). Uno de los momentos más lindos e intensos de mi día.
Tang Fresh
Cuando voy a buscar a los chicos al cole, hay dos frases que seguro alguno de los cuatro me va a decir: “¿Podemos ir al kiosco?” o “¿Puede venir un amigo a casa a jugar?” A veces ni hola, ni chau, ni buenas tardes o un cómo te fue mamita linda. Es así, los chicos tienen cosas de chicos en la cabeza. Sabés que no todos los días podés decir que sí. En casa, por ejemplo, tenemos un día a la semana para ir a comprar golosinas y los días que vienen los amigos dependen de las actividades extracurriculares, el cansancio de mamá y mucho, mucho más.
Llegamos a casa y es la hora de la merienda. Ellos llegan y se van sacando los zapatos, tirando las mochilas, buscando un lugar en la casa para tirarse a descansar. En general prenden la televisión y se relajan un rato. Para mí está bien ese momento de desenchufe de actividades a relax hogareño. Apenas recuperan un poquito de fuerza llega el pedido de sus deseos para tomar el té.
Me gusta prepararles algo rico, nutritivo y lleno de energía, porque están agotados y en lo personal quiero que recuperen algo para ir al jardín, hacer alguna de sus actividades extras o quizás alguna tarea.
Las gaseosas en casa están acotadas a eventos especiales. No me gusta mucho darles en forma diaria, las guardamos para cumpleaños y reuniones. El resto de los días tomamos jugos. Ahora salío uno nuevo, y como a mí me gusta darles de probar gustos nuevos, una buena forma es a través de TANG FRESH. Compré el de frutilla, limonada y durazno y para cada ocasión probamos uno nuevo. Es un tema quién es el encargado de elegir el sabor del día, así que nos turnamos.
A los chicos les encantaron y hasta los preparan mejor que yo, por lo menos los mayores. Me gusta que ayuden en las tareas de la casa, y preparar el Tang Fresh es algo que pueden hacer autónomos. En esta casa somos un equipo.
Eso sí, te confieso que el de naranja lo guardo para mí. Pero eso, da para otra nota.
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