Esa es la pregunta que aficionados al ferrocarril, usuarios de dicho tren y defensores de la línea que une Madrid y Burgos por Aranda de Duero nos estamos haciendo desde el pasado viernes 19 de febrero, tras el accidente que tuvo lugar dicho día a las 17:30 de la tarde.
Y es que, el Talgo que cubría el servicio entre Madrid y Burgos sufrió un descarrilamiento entre Fontioso y Gumiel de Izán, concretamente en el kilómetro 213,700, por un desprendimiento de rocas debido a las lluvias caídas en la zona durante los últimos días.
¿Que ocurrirá a partir de ahora? Sólo el tiempo nos lo hará saber, aunque, por el momento, Renfe ha bloqueado hasta el próximo 27 de febrero la compra de billetes para dicho tren. Además, según los técnicos que se acercaron a la zona, tanto la locomotora como los coches Talgo que realizan el servicio, quedaron seriamente dañados y es complicado que puedan volver a circular en breve espacio de tiempo.
A este hecho se une el hecho de que, dada la política del soplete y venta de material de Renfe, no haya material para sustituir a dicha rama Talgo. ¿Solución? Creo que se hace necesario volver a recalcar que este servicio, y otros regionales que podrían realizarse en dicha línea, pueden realizarse con otro material como TRDs de la serie 594 o "Tamagotchis" (automotores de un vagón) serie 596.
Enlaces: Diario de Burgos