Revista Cultura y Ocio

Volviendo a Forks: sobre machitos y por qué Jacob siempre fue un problema

Publicado el 15 marzo 2020 por Plausible @plausibleblog
Volviendo a Forks: sobre machitos y por qué Jacob siempre fue un problema
Cuando comencé a releer Luna Nueva sabía que no iba a ser tan fácil como con Crepúsculo: incluso en su momento, hace más de diez años, lo odié con toda mi alma, y, aunque ahora lo leí con otros ojos y otra mente, pasó algo muy parecido. No solo porque me dio war flashbacks de mi relación con mis exs, sino porque, si hay algo que no voy a ser jamás, es team Jacob.
Luna Nueva empieza como ya sabemos que empieza: cumpleaños de Bella, sangre, Jasper se vuelve loco, Edward deja a Bella porque no quiere ser un peligro para ella pero mintiéndole y diciendo básicamente que nunca la quiso, bla, bla, bla. Les Cullen se mudan de la ciudad, Bella se sume en una depresión gigante y vive en automático cuando se empieza a juntar con el tercero en discordia: Jacob. Que, by the way, es un hombre lobo.
Fin del mini resumen sin spoilers grandes hecho con esmero por Flor.
Esta es la Bella que yo recordaba, que, como mencioné en el post anterior, se me hacía pasiva, vacía, cuya único objetivo es Edward (en términos generales, pero acá, más específicamente, su voz). Esta, creo, es la Bella que nos queda a todes de recuerdo, porque es la que sedimenta la Bella de los siguientes libros y la de las pelis: está dispuesta a dar su vida, literalmente, por Edward. Sin importar lo que le pase ella, importándole al pasar lo que le pase a su familia y/o amigues, apenas importándole qué les pase a les Cullen. Ella quiere a Edward para toda la eternidad, y no le importa en lo absoluto lo que se interponga entre ella y ese objetivo.
Es, quizás, un libro difícil para analizar desde lo personal. Como dije anteriormente, para mí esta saga fue formativa y la que determinó muchos de mis vínculos a corto y largo plazo, tanto románticos como amistosos como meramente sociales. Tuve Edwards en mi vida y también muches Jacobs, e incluso, y le sumo un quizás, recién este año estoy empezando a alejarme de algunes que me quedaron ahí, dando vueltas, después de tanto tiempo.
Es duro porque yo pasé por el estado en el que está Bella el primer 25% del libro durante algunos años, durante y post la secundaria y hasta hace no mucho. No se dio ni de parecida la situación en la que Edward se aleja (spoiler: me fui yo), pero me costó seis años salir de esos pensamientos que él le dice para que ella crea sus mentiras: sos una distracción, pensé que te amaba pero en realidad no, ¿realmente pensaste que lo que te decía era verdad?
Creo que Luna Nueva hace un excelente trabajo en describir los meses/años después de que se termine una relación tóxica y dañina, aunque no sea ese el objetivo ni de casualidad. Aún cuando Meyer no se diera cuenta de las cosas que reproducía en su escritura, aún cuando ni en pedo hubiese tildado a la relación de Edward y Bella como tóxica, creo que en lo más profundo de su ser sabía cómo representarla, sea por experiencia propia o porque vio muchas pelis de los 90-00s. Sea como sea, me parece increíble cómo está hecho, y más que nada en la película.
Esta escena en particular de la película me parece increíble. Porque es así como te sentís: ves que la vida de la gente sigue (en su caso desde una ventana, en el mío desde la pantalla de la computadora), ves cómo va pasando el tiempo, las fotos con amigues desaparecen porque ya no les hablás y vos no tenés fuerza para cambiar algo de tu entorno (léase su habitación, cuyo único cambio es la desaparición de las fotos). 
Obviamente el objetivo del libro es instalar definitivamente el triángulo amoroso, tener una excusa para que Bella sea transformada en el futuro (O NO ah re metía misterio) y darle a Edward la excusa de por qué no puede separarse de Bella aún cuando en muchos momentos la ponga en peligro. Es un libro al pedo, dije, y lo repito, o al menos una gran parte de él lo es. Al odiar a Jacob, gran parte de estas páginas lo único que me produjeron fueron ganas de MORIR.
Bella es una soreta porque se aprovecha de Jacob para, básicamente, no matarse, pero Jacob es un mal amigo y hasta una mala persona, diría yo. Todo el tiempo está tirando de la soga y corriendo los límites que Bella le impone con respecto a lo que siente. Ella incluso piensa varias veces en el libro por qué no darle una oportunidad, ya que, si ella iba a ser infeliz toda la vida por la falta de Edward, por qué no darle un poquitito de felicidad a él.
Y esos límites que Jacob empuja son los límites que esta relectura me hace correr un poco a mí. Porque yo fui la Jacob de alguien (alguien con quien no me relaciono desde los 15, más o menos, un ex mejor amigo que mejor perderlo que encontrarlo, que resultó ser un maltratador y, según me llegó, un golpeador), que, a pesar de que haya resultado un ser nefasto, en su momento no lo parecía. Yo tuve que replantearme mi lugar como mejor amiga de esa persona durante esta relectura, ese lugar inocente de mejor amistad pero, a su vez, sabiendo que la otra persona sabe qué es lo que sentís, y poniéndole en un lugar súper incómodo.
Siempre dije que, en el caso de dedicarme a los libros, como pretendo hacer, quisiera enfocarme en la literatura infantil pero, sobre todo, en la juvenil, porque es, en mi opinión, el reflejo más inmediato de los cambios que se van dando en las sociedades. Esta saga (como formativa y las que vinieron mucho después) es un claro ejemplo de cómo nuestra generación se va replanteando los vínculos y a les otres. Juzgamos más que les adultes, pero con parámetros más empáticos y mucho menos individualistas. Y creo que, de a poco, lo vamos formando.
Pero no por eso hay que olvidarse de cómo esas pequeñas cosas nos hicieron quienes somos hoy. La mujer sosa y pasiva porque así era Bella, el amigo tóxico que constantemente está desafiando los límites de su amistad con alguien que le gusta, el hombre joven que está convencido que sin importar lo que haga cuando vuelva Bella va a estar ahí, esperando por él, recibiéndolo de brazos abiertos y creyendo que todas las forradas que se mandó fue por incomprendido, porque no se deja amar, porque solo quiere protegerme de sí mismo.
Me es imposible hacer una reseña en términos más objetivos. Primero porque, como ya dije, la escritura es básica, el plot en sí es bastante flojo, los personajes siguen siendo bastante cuadrados y no hay mucho para destacar. Segundo porque, de nuevo, como ya dije, fue una lectura formativa en mi caso y me es imposible no ver esas pequeñas cosas que identifico en mi accionar, sobre todo de adolescente, y cómo eso repercutió en mi vida.
Lo increíble es que me falten dos entradas de esta saga de Volviendo a Forks y yo ya sepa de qué se va a tratar la última: algo sobre Amanecer, que aún no sé bien de qué va a tratar porque del libro solo me acuerdo de lo que está en las últimas dos películas, pero bastante sobre la gran disculpa que le debemos a Stephenie Meyer como lectores. Tenemos una deuda enorme con ella que no creo que tengamos con otres autores, y menos de juvenil, y tampoco creo que la podamos saldar alguna vez.
Yo, por mi parte, voy a intentarlo. Releer la saga como adulta, comunicadora y escritora (publicada 🤪🤪🤪) hace que hoy entienda mucho de lo que pasó en los últimos diez años con ella y su literatura, e hizo que me amigue con la saga.
Yo fui parte del problema, a pesar de haber sido fan de Crepúsculo. Muches de nosotres fuimos parte del problema. Veremos si al menos un poquito de eso puede arreglarse con cuatro entradas y apenas más.

Volver a la Portada de Logo Paperblog