Volviendo a la normalidad.

Por Anaperezllinares
Primero de todo, gracias una vez más a todos los que os habeis preocupado por mi y me habeis dejado mensajes de apoyo. No he tenido tiempo para contestarlos, pero os lo agradezco mucho...
Os cuento...
El jueves por la mañana, llamé a la residencia donde vive mi abuela y me dijeron que en ese momento estaba el médico con ella, porque se había levantado de la cama con la mirada como perdida y que la lengua se le iba de ladito. Además, al intentar levantarla, vieron que perdía el equilibrio y se caía. Me comentaron que la médica pensaba que lo que le había ocurrido no tenía excesiva gravedad, pero que la llevarían al hospital para hacerle las pruebas necesarias.
Acudieron al hospital mi tía y mi padre y, tras hacer un primer reconocimiento a mi yaya, les dijeron que había tenido una bajada de azúcar y que, aparentemente, ese era el motivo de que se encontrara así. Aún así, le hicieron diferentes pruebas de las que había qeu ver el resultado, porque tambien tenía la barriguita muy hinchada. Vieron que reaccionó bien cuando le administraron glucosa y les dijeron que estaría 24 horas en observación.
Así que después del susto inicial, nos quedamos bastante tranquilos. Mi madre y yo nos quedamos con David  (porque papi no estaba) y mi padre se quedó en el hospital. 
A las 7 de la tarde mi padre nos comunica que mi yaya ha muerto...por lo visto detectaron que tenía neumonía y en 20 minutos se le encharcaron los pulmones y murió. Al revisar las pruebas detectaron que además de lo que habían visto al primer vistazo, solo le funcionaba un 20 % del riñón y algunas cosas más.A sus casi 87 años era normal que no todo fuera tan bien como parecía a simple vista...
Hace 9 meses y pocos días perdí a mi yayo, posiblemente una de las personas a las que más he querido y querré en esta vida. Lo que menos me esperaba es que perdería tambien a mi yaya tan pronto...
Pero a veces parece que las cosas no suceden porque sí, que hay algo detrás de todo, porque aunque sea fruto de la casualidad, ha ocurrido algo que me ha impresionado muchísimo. Mi yaya había perdido totalmente la cabeza y, por lo tanto, aunque su casa estaba en venta, a ella se le informaba muy poquito de en que estado se encontraba, si se vendía o no. Casualmente, el día anterior de fallecer mi yaya, mi padre y mi tía cerraron la venta y cobraron el dinero correspondiente. Y mi yaya, a las pocas horas enfermó y murió.
Es como si algo dentro de ella le hubiera avisado de que ya no volvería a su casa. El circulo, el ciclo de su vida , se estaba cerrando, solo faltaba que ella muriera. Y se murió. Rápido, sin sufrir, sin molestar. Sin una causa aparente, pero con montones de causas encadenadas, surgidas de repente.
Ha sido todo muy rápido y estoy tratando de encajarlo. He compartido con mi yaya gran parte de mi infancia y, sin mi yayo, sin ella y sin su casa, se han evaporado casi todas las referencias a mi niñez. Estoy tranquila...de hecho apenas he sentido la necesidad de llorar. Pero se que esto no es normal, que antes o despues, se abrira la caja y saldrá todo lo que llevo dentro. 
Creo que el hecho de no haber superado todavía la muerte de mi yayo, hace que bloquee sentir esta muerte como merece. Porque sé que con las dos cosas a la vez no puedo y creo que psicológicamente trato de protegerme.
Por otro lado, ayuda mucho el ver la cara de placidez que tenía, el saber que se ha ido sin sufrir. 
Acabamos de enterrarla y ya la estoy echando de menos. Pero sé que lo peor está por llegar, y que saldrá cuando menos me lo espere, porque no es posible que, teniendo la relación tan estrecha que he tenido con ella, lo encaje así sin mas. 
Pero lo necesito...necesito poder llorarla. Necesito reconocerme y sentir . Hasta que esto no ocurra no podre volver a sentirme bien, sin sentir que estoy traicionando la bonita relación que tuve con mi yaya. Porque nos quisimos con locura e hizo mucho por mi. Por muchas lágrimas que derrame siempre serán menos de las que ella merecía. Y sé que no siente más el que más llora....pero sí el que se permite sentir, sin miedo al dolor que esto acarree. 
Y en eso estamos...tratando de encontrarme.