Volviendo al Número Uno

Por Ipiera68 @Iciar_Piera

"Aprende que el Amor es tuyo y que tú eres Amor" Un Curso de Milagros

Una de las áreas en las que hemos cedido más poder es en las relaciones. Muchos hemos invertidos inmensas cantidades de energía. tiempo y esfuerzo en encontrar a "la persona": ese ser único que corporice todos los atributos que deseamos, y que nos haga felices. Soñamos con el día en que nuestros ojos se encuentren con los suyos en una habitación atestada; instantáneamente reconoceremos que es quien esperábamos, caeremos en sus brazos sin decir una palabra y viviremos felices para siempre.
Pues bien, tengo buenas y malas noticias. (En realidad, todas son buenas noticias). No hay nadie que tenga el poder de eliminar tu soledad, darte lo que siempre deseaste, recompensarte por todo el dolor y el sacrificio que soportaste en tu(s) última(s) ralación(es), y enmendar lo que no funciona en tu vida. Si eso es lo que persigues, te sugiero que abandones la búsqueda inmediatamente. El deseo de encontrar a alguien que te dé lo que tú no te has dado probablemente sea lo que te impidió manifestar la relación que buscas.
Sin embargo, hay alguien que tiene el poder de hacer realidad las visiones tan preciadas para ti. El que has estado buscando no está allí afuera, sino aquí mismo. En vez de buscar afuera al Número Uno (y toparte repetidamente con el número dos), el próximo paso es buscar al número uno dentro de ti.
Nuestra búsqueda de la pareja ideal ha sido confusa y desconcertante porque hemos estado buscando lo correcto en el lugar equivocado. La visión de alegría, felicidad y plenitud en una relación es noble, valiosa y sincera. Es el combustible que nos da la energía para estar plenamente vitales, escribir poesía, hacer tonterías, deshacernos de las convenciones, arriesgarnos a ser más sinceros sobre nuestra persona, sanar nuestro cuerpo y nuestro espíritu y liberar la creatividad que refleja lo mejor de nosotros. Muchos hemos buscado durante mucho tiempo y con mucho esfuerzo; sin embargo, algo en nosotros nos incita a seguir. Debemos respetar ese algo. Debemos amarnos inmensamente para seguir expandiéndonos para lograr una relación amorosa.
Nunca abandones tu búsqueda de la pareja ideal, ya que a través de ella te encontrarás a ti mismo. Mediante el proceso de buscar a alguien que te haga feliz, aprenderás a hacerte feliz tú mismo. Dejarás al descubierto tu propia magnificiencia y despertarás tu habilidad para canalizar el amor, comenzando por amarte a ti mismo. Aprenderás a convertir cualquier relación en una bendición. Quienes tienen una relación gratificante dicen que sus compañeros no son mágicamente perfectos, simplemente deciden verlos así. El hecho de encontrar la bondad y la divinidad en tu pareja, en ti, y en tu relación no es una bendición que cae místicamente del cielo; es una elección que haces. Vas a obtener más de aquello en lo que te concentres; puedes concentrarte en los defectos de tu pareja o en su divinidad, y él o ella se convertirá más en aquello que energices con tus pensamientos. Al aprender a ver el bien, dominarás un principio que tiene aplicación universal y valor infinito.
Antes de encontrar a la persona que buscas, debes encontrarte a ti mismo, antes de conocer a tu alma gemela debes conocer a tu propia alma. Cuando intentamos encontrar a alguien que nos complete, estamos negando que ya somos un todo. Cuando olvidamos quienes somos, nos sentimos atraídos hacia personas que corporizan los rasgos de carácter que creemos que nos faltan. Nos sentimos como si fuéramos una mitad, y ellos la otra mitad, y que juntos podemos convertirnos en un todo.
Sin embargo, las relaciones son multiplicativas, no aditivas. Cuando multiplicas un medio por un medio obtienes un cuarto: ¡aún menos de lo que tenías cuando comenzaste!  Dos personas que tratan de completarse mutuamente terminan sintiéndose más disminuidas que antes, porque han abordado su relación con una sensación de inferioridad. La voz que te dice que "eres inferior" nunca estará satisfecha, y no puede compensarse pidiendo prestadas las fortalezas de otro. Si tienes que ser íntegro - y lo eres - debes escuchar la voz de la autoestima, no la de la anulación de ti mismo, y proceder desde la fuerza, no desde la debilidad.
Cuando multiplicas uno por uno, sigues teniendo uno. Cuando dos personas que conocen su integridad se unen en una relación, el resultado es más unicidad. El abordaje más poderoso a una relación es proceder desde la integridad, y no hacia ella.
La comediante Elaine Bousler nos advierte: "¡Cuídate de aquel que te diga "Tengo tanto amor para dar, y nadie a quién dárselo"! Inmediatamente traduce esa declaración: "Soy el agujero negro emocional del universo, y te aspiraré cada centímetro cuadrado de fuerza que tengas, si me lo permites".
Ninguna relación puede hacerte más de lo que eres, porque ya eres todo. Toda la fuerza y la belleza que percibes fuera, ya existe dentro de ti. Si no la tuvieras ya, no podrías reconocerlas. Una buena relación puede revelar tus cualidades divinas y ayudarte a descubrir tu propia majestuosidad. Pero no puede llenarte, porque no estás vacío.
*** Texto extraído de "Siempre estuvo en mí" de Alan Cohen