«Vivimos con tantas contradicciones que no tenemos nada que objetarle a nadie. ¿Orden? Pero… ¡por favor! ¿Qué ciudad cree más en el orden que la nuestra? Chernopol es administrada y gobernada conforme al esquematismo de una burocracia rigurosa que es herencia del espíritu burocrático más anquilosado de la historia universal —el austriaco, contra el cual nos alzamos—, y por esa razón, aun pecando de chovinistas, por nada del mundo estamos dispuestos a admitir semejante lacra. Que, en el proceso, esa burocracia quede prácticamente sin ejecución y efecto se debe, si bien sólo en una parte muy pequeña, a la tan cacareada corrupción, hoy perfectamente integrada y refinada. En una parte muchísimo mayor hay que achacarlo a la falta de resistencia, a la maleabilidad de los gobernados y administrados.»
Von Rezzori, una cita de Un armiño en Chernopol