Una vez más, cine dentro del cine, otra vez un par de historias de amor entrelazadas, y un maravilloso bucle. Sin embargo, y a pesar de esos una vez más, el cine de Cesc Gay vuelve a destacar en un panorama que a mí no termina de convencerme.
Gesc Gay (Barcelona. 1967) es el director de Ficció, de 2006, que no he visto, y de dos películas que me gustaron: una, muy divertida, Krámpack, de 2000 y la interesantísima En la ciudad, de 2003. De Krámpack me gustó que giraba en torno a un mito-leyenda de mis tiempos (no en vano, Gay nació en el mismo año que yo): que si te sentabas sobre tu mano para que se durmiera y, con la mano dormida, te hacías una pajilla, tenías la sensación de que te la hacían, en vez de hacértela. Más allá de eso, mostraba -deliciosamente- los pasos invisibles y visibles de la juventud hacia la edad adulta. En la ciudad, que insinuaba más que mostraba, me gustó porque contaba cómo, entre todas las idas y venidas de los que habitamos en ciudades, en el fondo estamos muy muy solos y vamos cada uno a lo nuestro. Impecable.
V.O.S., de 2009, da, en mi opinión, un salto de calidad y de profundidad a base de ligereza y sencillez, hasta convertir a Cesc Gay en un referente de calidad y de saber hacer en un -sí, vuelvo a decirlo- triste panorama cinematográfico español.
Con fondo de comedia romántica y con el artificio de mostrar un rodaje y una película a un tiempo, la historia gira en torno a dos parejas rondando cuarentena (qué edad, Dios, qué edad) en una Barcelona maravillosamente retratada, hasta el punto de ser un personaje más. Idas y venidas, encuentros y desencuentros, amor y desamor. A través de todo ello, unos actores geniales -los mismos que actuaban en la obra de teatro que sirvió de base al guión-, humor desbordante, inteligencia y mucho oficio, una de esas películas en la que el director consigue que veamos aquéllo que quiso, exactamente, sin dar por bueno cualquier resultado, que es algo que le está pasando a los directores españoles.
Deliciosa en su estructura, un bucle perfecto, V.O.S. es una película en la que se entremezclan -con toda la naturalidad del mundo- el castellano, el catalán y un poco de vasco, como pienso que debe ser lo normal en lugares donde se hablen varios idiomas. V.O.S. es una película que hay que ver porque se van a reír, porque se van a instalar en un mundo -delicioso-, que es el de muchos de ustedes, y porque van a ir y venir de la mano de unos personajes y unas historias fascinantes. No, no se la pierdan.
La peli V.O.S. tiene su hueco en Facebook (enlace), su propio blog (enlace) donde pueden encontrar diferentes críticas. Aquí pueden encontrar una entrevista con Cesc Gay y en estos blogs pueden leer algo más en condiciones que estas pobres notas:
Puerta de Babel (enlace)
Ateo poeta (enlace)
Les dejo, además, el trailer y alguna escena de V.O.S.: una, con fondo de Calamaro, y una especie de toma falsa. Además, una entrevista con Cesc Gay.
Hace un año y dos días: La tentación del silencio (con Smog de fondo)
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