Vox (nicholson baker)

Publicado el 09 julio 2014 por Ceci

“Conocí” a Nicholson Baker hace cuatro años merced a la magnífica El antólogo, que reseñé para los amigos de Qué Leer. Me hice tiempo después en una estupenda librería de Zamora con un ejemplar de Vox, que quedó olvidado entre los títulos pendientes, relegado una y otra vez por parecer tan solo, en principio, una gamberrada lúbrica. Y de repente, en un margen de tres o cuatro días, averiguo que Paul Chowder, el encantador antihéroe de El antólogo, está de vuelta en Traveling Sprinkler y escucho una sorprendente, por inesperada, referencia al tono picante de su obra -la de Nicholson Baker- en Orange is the new black (OITNB). Así que, mientras me hago con la secuela protagonizada por aquel maravilloso antihéroe e intento superar el síndrome de abstinencia provocado por el final de la segunda temporada de OITNB, leo compulsivamente Vox y descubro que sí, es una novela erótica con pasajes realmente lúbricos, pero también sofisticada, divertida, tierna e inteligente y que la referencia en OITNB no es tan sorprendente, pese a todo. No lo es porque, a tenor de lo visto y leído, tanto Nicholson Baker como Jenji Kohan, creadora de la serie, pertenecen a eso que podríamos llamar el club de los optimistas y filántropos. Olvídense de Zapatero y su, al parecer, incorregible optimismo antropológico y céntrense en un guionista como Aaron Sorkin, capaz de pergeñar para la pequeña pantalla políticos carismáticos, inteligentes, honrados y divertidos como los de The West Wingo periodistas osados y coherentes como los de The Newsroom y empezarán a hacerse una idea de a qué me refiero. Y es que la prisión de Litchfield de OITNBa la que va a parar Piper Chapman puede estar dirigida por corruptos y homófobos, sus cañerías podrán expulsar aguas fecales y las gachas del comedor saber a moco, pero entre sus internas hay, además de muestras variadas de sociopatía, brutalidad e ignorancia, otras tantas de carisma, lealtad, amistad, diversión e inteligencia. Y así, las referencias a la cultura popular -y no tan popular- campan a sus anchas sin resultar pedantes ni llamar demasiado la atención. Además de la ya citada referencia a Nicholson Baker, se menta a Christopher Hitchens para rechazar una propuesta de baptismo, se alude a los cuentos de O’Henry en una conversación de gran relevancia, se critica veladamente la Perdida de Gillian Flynn o se responde a la injusta amonestación de un guardián con una referencia a Minority Report. Pues bien, el mismo optimismo trasluce Vox de Baker. Pocos contextos puedo imaginar más apropiados para la sordidez que una lína erótica y, sin embargo, pese a la crudeza de ciertas fantasías y encuentros sexuales descritos por Jim y Abby, pese al porno duro, las revistas de desnudos y las odas a la masturbación, hay también lugar en Vox para la sutilidad, la elegancia y hasta ciertos pasajes líricos y emotivos. Así que lean, lean a Nicholson Baker y reconcíliense con el mundo.