En los últimos días ha causado cierto revuelo en las redes sociales y blogosfera cercanas a la familia de los que nos denominamos liberales la publicación de un video del Presidente del Partido de la Libertad Individual, Juan Pina, comentando la posición del partido respecto a la aparición de nuevas formaciones políticas en los últimos años como UPyD, Ciudadanos o VOX.
La inclusión de este último en sus actos de comunicación de términos liberales, o la inclusión en sus filas de políticos autodefinidos como tal, pone de nuevo sobre la mesa el debate, que seguro no terminará nunca, de qué o quién son o no liberales.
Cada cual entiende lo que quiere. Y me parece muy bien, por cierto. No está en la mano de nadie repartir carnés de liberal. Nadie es dueño del término, ni del significado que pueda tener para cada uno de nosotros. Son muchas las familias dentro del liberalismo. Y tantas como personas, las formas de entenderlo. De la libertad de cada uno se trata.
Es por esto, por lo que no está demás aclarar, desde el punto de vista de un partido político, al menos uno que se dice liberal, qué entienden sus militantes por ello. Cuáles son sus ideas y cuales sus planteamientos. En el P-Lib tratamos de hacer las cosas de forma clara y directa. Estás son nuestras ideas, y sintiéndolo mucho, estamos orgullosos de ellas y de no tener otras. Es evidente que como partido político anhelamos alcanzar representación parlamentaria y alcanzar cotas de poder. Pero también es cierto que por una vez, queremos que en este país alguien plantee las cuestiones sin medias tintas. Si alcanzamos esa representación, nadie se llevará a engaño. Nuestro programa político está a la vista de todos. Y es el que han decidido los militantes del partido. Con estas ideas nos sentimos cómodos. Con estos planteamientos nos alineamos.
Que nadie se lleve a engaño. Siendo como existen minarquistas, objetivistas, anarcocapitalistas o liberales clásicos, entre otros, dentro del P-Lib, las ideas no son estáticas ni monolíticas. Existe la pluralidad y el debate.
Cada uno puede defender aquello en lo que crea y ponerle el nombre que estime oportuno. Yo me llamo liberal y si alguien entiende el liberalismo de distinta manera, me desmarcaré de él. El debate nunca se rehúye, pero en la arena política no podemos dejar que nos roben las pocas parcelas con las que contamos por ahora.