Alejandro Dumas hizo uso de “negros” para escribir sus obras. Lo más curioso, es que el asunto no era secreto ni desconocido en la sociedad de la época y tanto es así que a Dumas se le conocía en ciertos círculos como “El negro de los negros”.
Tomado del blog: Historias con historia
Pues lo dicho, que voy a ser negro. No, claro que no se trata de un cambio de raza, aunque mi mujer igual lo agradecía. Ella siempre ha tenido la fantasía, creo que no cumplida, de montárselo con un negro y aunque yo le he propuesto en más de una ocasión pintarme entero, ella siempre alega que me faltan centímetros. No sé qué quiere decir, pues yo mido uno ochenta y tres y he visto a muchísimos negros más bajos que yo. Pero bueno, que me desvío del asunto. Digo que voy a ser negro; me refiero a que voy a escribir por cuenta de otra persona que será quien firme el libro. Se trata de unas memorias de un personaje de bastante fama aquí en el archipiélago. No estoy autorizado a decir su nombre, por razones obvias; ni estoy autorizado a dar ningún dato más. Se publicará en una editorial importante y se hará una muy buena distribución en el archipiélago. Y he firmado un contrato con el personaje, no con la editorial; aunque eso sí, la editorial nos ha dado un esquema de como debe ser el libro. Por lo que sé, ese esquema está pactado entre editorial y personaje. He pedido cuatro meses de excedencia en mi trabajo, pues la cosa no me da para más. Quiero decir que lo que voy a ganar me da para estar cuatro meses sin trabajar dedicándome en cuerpo y alma al libro, luego volveré a mi trabajo aunque seguramente quedarán un par de meses más para dar por terminado este encargo.
Ahora viene la parte ética. Se han hartado de aconsejarme que no lo aceptara, que al fin y al cabo se iban a aprovechar de mi trabajo y yo me llevaría la parte más raquítica de las ganancias y ni un solo reconocimiento. Vamos, lo mismo que me viene sucediendo desde hace cuarenta y pico de años. Nada nuevo bajo el sol. Pero con una ventaja, me pagarán por escribir. ¡Ahí es nada! Mi menda lerenda cobrando por juntar letras unas detrás de otras, con alguna coma por aquí, algún que otro punto por allá, varios punto y coma por acullá y muchas tildes. ¿Qué no lo voy a poder firmar? Qué más da. Yo sé que lo habré escrito yo y que cobré por ello. Qué importa que lo firme Miguel Ángel Merino, Benito Manuel Brugera o Luis Felipe Vega.
En cuanto a lo que afecta a este blog, pues supongo que sí, que se va a notar. Escribiré muy poco, casi nada, pues necesitaré toda mi labor creativa para el libro. Si acaso alguna ocurrencia al hilo de lo que vaya leyendo de este personaje. Lo tiene todo escrito en una especie de diario que conforman más de veinte cuadernos, pero no es ese el enfoque que quiere darle, quiere algo menos secuencial. Algo fresco, con idas y venidas de una época a otra, salpicado de anécdotas, pensamientos, lo que pudo haber sido, lo que terminó siendo, etc. Supongo que de ahí podré extraer muchas ideas para mis historias y alguna podré publicar de vez en cuando, aunque lógicamente disfrazando todo de manera que no se pueda saber su procedencia.
Pues nada, este negro se despide con el firme propósito de intentar mantener un número razonable de visitas a vuestros blogs y promete volver, con renovadas ganas y a pleno rendimiento, no más tarde del próximo 1 de julio de 2014.