La documentación para cumplimentar la matriculación no estaba disponible hasta la apertura del plazo. Y los trámites sólo podían realizarse durante una semana, en un horario de secretaría de una hora escasa, a media mañana. No sé realmente la carga de trabajo que soportan en estos centros, imagino que razonablemente alta, pero para tramitar las matrículas de los 49 niños (contados) que accedían al ciclo de infantil de 3 años, creo que no hacía falta tantas apreturas. Puedo equivocarme, pero me parece ridículo. Máxime cuando hay padres que tienen que buscar ayuda o pedir permiso en el trabajo para poder acercarse al centro a hacer cola, y entregar los impresos cumplimentados.
La matriculas están hechas. Pero aún no sabemos nada de preparativos, AMPAS, material escolar, pautas, horarios... El personal de secretaría nos emplazó a septiembre para una reunión previa –¿previa? ¿ya en septiembre?–, y preparar todo lo relativo al inicio del curso, algo que me parece poco sensato. Otros casos que conocemos, incluso han tenido ya esa reunión informativa. Ya me veo como loco buscando a última hora libros, materiales y complementos, y recorriéndome todas las papelerías y librerías del barrio.
Lo que tampoco tenemos decidido aún de forma definitiva es si vamos a separar a los padawanes en clases distintas o a mantenerlos justos. El centro tiene la costumbre de separarlos, aunque podemos solicitar que los tengan en el mismo aula. Hemos leído e investigado algo, visto argumentos a favor y en contra de cada caso, y como siempre, cada caso, cada casa y cada niño es un mundo, así que no acabamos de convencernos ni decidirmos. Supongo que es una de esas cuestiones que nunca tienen una solución fácil, única ni categórica. Y es algo que se suma a mi inquietud por el día de la separación. Por separarme de ellos, claro. Y por la angustia por la que pasaré esos primeros días. No sé si separarlos o mantenerlos justos ayudará o empeorará la situación, y no soy capaz de discernir si es por mí o por ellos. Ya os contaré. Por el momento sigo asumiendo poco a poco que ya no queda tanto para septiembre.
¡Que la Fuerza os acompañe!