No le ocurre nada malo a vuestra crema. No es que no sea adecuada para vuestra piel o esté en mal estado, simplemente, no os la estáis aplicando correctamente.
Para evitar este pequeño desastre, sólo tenéis que aplicar bien la crema. Y, ¿cómo hacerlo? Tomad nota:
- Tomad una pequeña cantidad de crema del tarro con vuestros dedos o ayudándoos de una espátula y repartidla en pequeños pegotitos por frente, nariz, pómulos y barbilla y, recordad, no la frotéis demasiado entre los dedos antes de aplicarla.
- Comenzad realizando movimientos lineales y ascendentes en la zona superior de la cara: desde las cejas hasta el nacimiento del pelo. Y, desde el entrecejo hasta la punta de la nariz.
- Después, ocupaos a la zona media del rostro, trazando movimientos desde la nariz hasta las orejas.
La idea es "planchar" suavemente el rostro con las manos
- En la zona inferior del rostro, seguid la misma pauta: desde el interior hacia el interior. Extended la crema desde la zona del bigote hasta la zona inferior de las orejas, siempre con movimientos largos, lineales y suaves. Y repetid estos movimientos también desde la barbilla y hasta las orejas.
- En la zona del cuello, aplicad la crema desde el centro del mismo hacia los lados. ¿Os acordáis del famoso esparadrapo de Carmen Sevilla para quitar las arrugas del cuello? Pues el principio a seguir es el mismo, la malla que crea la crema, deber tirar del cuello hacia su parte posterior.
- Podéis finalizar con un ligero tamborileo de dedos o unos pellizquitos en los pómulos para finalizar su aplicación, así tonificará más aún esa zona.
- Una vez aplicada la crema, dejad pasar unos instantes antes de maquillaros. Para que no salgan escamas y bolitas al poneros correctores y base, extendedlos con el mismo tipo de movimientos e intentad que éstos sean delicados. Y olvidaos de las esponjitas de maquillaje, usad sólo los dedos, así no romperéis la malla creada por la crema.
Si no podéis visualizar el vídeo, pinchad en este enlace.