Ayer os presenté a Ratoncito y para no perder la línea de las razas tan “apreciadas” en este país, hoy os presento a Waldo, otro de los integrantes de esas famosas “razas malditas”, otra criatura que lleva su raza hasta la muerte, esa muerte “dulce” que tan fácil aplican sus dueños, ahogados en algún pozo, ahorcados o con inyecciones de lejía que los queman vivos y con un bonito collar “tallado a mano”.
“Será el galgo malo si a la derecha tuerce el rabo” “Al galgo una cama, pan duro y tierra llana”
Waldo como herramienta de trabajo: Perro de caza de liebres a la carrera, en rápida persecución y guiándose por la vista. Igualmente es usado para acosar a otras piezas de pelo como conejos, zorros e incluso jabalíes; pero la principal “utilización de esta raza” ha sido y es la caza de liebres a la carrera.
Waldo amigo para toda la vida: Perro con un carácter dulce, tranquilo y buen compañero, su tamaño es equiparable a su gran corazón.
Waldo ha demostrado su entereza, su gran energía y su valentía, hasta que las fuerzas le han abandonado, sin apenas poder tenerse en pie llegó a nosotros, se paró nos clavó su mirada y tras unos segundos de duda….. decidió seguir adelante en su andar cansado y a punto de desfallecer.
¿Qué pensó Waldo durante esos segundos? Nunca lo sabremos con seguridad, con palabras no puede decírnoslo, pero sus ojos reflejaban su derrota.
Esos segundos para nosotros también fueron de desconcierto, un galgo que te clava la mirada y espera tu reacción……
Claramente nos estaba pidiendo auxilio, nos estaba rogando que no pasáramos de largo, que le ayudáramos a descansar , él solo ya no podía continuar.
Waldo desde ayer está al igual que Ratoncito hospitalizado, su grave desnutrición y anemia hacen que apenas tenga fuerza para mantenerse en pie, si intenta levantar la patita para orinar se tambalea, come sin apenas masticar, pensando seguramente que tendrá que guardar para cuando no tenga. Esperemos que las analíticas sean normales y que por fin pueda empezar una nueva vida.
Waldo quiere ser tu amigo para toda la vida y encontrar un ángel que arrope sus sueños
Para Waldo se terminaron los días de angustia y desasosiego
¿Quieres ser su ángel? Apadrínalo!
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