¡Oh Córdoba lozana!
¿Hay en ti esperanza para mí?
¿Acaso un corazón que arde en tu ausencia
puede entibiarse?
¿Acaso pueden volver tus noches deliciosas,
cuando la hermosura era un regalo a los ojos
y las músicas un placer para los oídos,
tan tierno, en ti, el regazo de la vida?
Ibn Zaydun
Charles Landell
Wallada, mujer única entre las de su tiempo, hermosa, poetisa, dotada para el canto, elegante, de linaje noble, bien educada, de gran belleza, de agradable carácter y comportamiento, independiente… en fin, que uno se pregunta qué ante una mujer así, ¿quién no se hace poeta, se pone turbante y calza babuchas?
Charles Landell
Ella es la única mujer de Al-Andalus cuya fama, historia real y leyenda, ha llegado hasta nuestros días. Wallada, orgullosa y desafiante ante las críticas de la sociedad y del mismísimo Averroes -leyenda- solía pasearse sin velo y con versos que hizo bordar en su vestido:Por Alá, que merezco cualquier grandezay sigo con orgullo mi camino
Doy gustosa a mi amante mi mejillay doy mis besos para quien los quiera
Cuando caiga la tarde, espera mi visita,pues veo que la noche esquien mejor encubre los secretos;siento un amor por ti,que si los astros lo sintiesenno brillaría el sol,ni la luna saldría y las estrellasno emprenderían su viaje nocturno.
Wallada
¡Ay, qué cerca estuvimos y hoy qué lejos!Nos separó la suerte y no hay rocíoque humedezca, resecas de deseo,mis ardientes entrañas; pero en cambio,de llanto mis pupilas se saturan.
Ibn Zaydun
Sobre la historia de Wallada, existen varias publicaciones noveladas, y ya se sabe que en novela está permitido y vale todo. En internet abunda mayoritariamente solo la relación de los dos amantes; lo más riguroso que he encontrado ha sido una magnifica publicación de Teresa Garulo Muñoz –Universidad Complutense de Madrid-
Hace años leí WALLADA -LA ÚLTIMA LUNA de Matilde Cabello (Editorial Almuzara) libro ameno y de grata lectura que vale para acercarse a la princesa omeya y a los personajes de su época.
Antonio Vega creó una bella canción sobre un magnifico poema de Antonio Gala