Walsh los retrata

Publicado el 27 septiembre 2013 por Torrens

La Vanguardia del miércoles 25 publicaba una entrevista a Willie Walsh, Consejero Delegado del grupo IAG, que podéis leer haciendo clic en el link al final de esta nota, en la que el Sr. Walsh explica su versión de lo ocurrido con Iberia y Barajas. El pobre Sr. Walsh no entiende que a Iberia la pagábamos entre todos, volásemos o no con ellos, y mientras el gobierno español cree que se llevaron un preciado tesoro que durante décadas y décadas sirvió de base a la expansión y crecimiento de Barajas, razón suficiente para que cada año los españoles invirtiésemos una millonada a fondo perdido en la compañía, el Sr. Walsh cree que les han colocado un pozo sin fondo a menos que lo modifiquen de arriba abajo.

La entrevista también es interesante porque, sin que fuese esa su intención, el Sr. Walsh elabora un compendio de varios de los gravísimos errores típicos y básicos de la Administración Pública española que una vez más dan ganas de independizarse de Madrid, se esté donde se esté en la geografía española, incluido el propio Madrid.

En mi opinión las principales características de la Administración Pública española son las siguientes:

Desconexión con la realidad.

Cuando se presenta un problema realmente grave en la Administración Pública española elaboran de forma inmediata y automática una versión oficial que en el mejor de los casos no tiene absolutamente nada que ver con la realidad. En el peor de los casos, no por ello poco frecuentes, la versión oficial va por el camino diametralmente opuesto a la realidad. Por supuesto que una de las principales características de estas versiones oficiales es que el problema ha sido causado por quien sea, excepto por ellos. Si partimos de la base que cuanto antes y mejor se defina la realidad de un problema más fácil y eficaz será su solución, se entiende que las poquísimas veces que la Administración Pública española, a base del tiempo que todo lo cura, acaba dando solución de una u otra manera a un problema, se den todas las razones para considerar el hecho como un milagro divino. Ejemplo, Catalunya.

La responsabilidad no existe (o es de otros).

El hablar de responsabilidades dentro de la Administración Pública española debe ser considerado de muy mal gusto porque los problemas y graves errores o bien no son responsabilidad de nadie, o la responsabilidad debe buscarse bien lejos de la Administración Pública española. Ejemplo, crisis de la Cajas.

Súbditos.

Los españoles son súbditos de la Administración Pública española. ¿Qué es esto de querer que se les considere como ciudadanos?. A pesar de que algunos irresponsables lo plantean al revés, son los súbditos los que están no solo al servicio, sino a la orden de la Administración Pública española. Ejemplo, ninguno y todos. No hay nada en la Administración Pública española que no sea efectuado de espaldas a la ciudadanía, hipotecas, preferentes, eléctricas, Bankia, etc.

Los rebeldes serán duramente castigados.

Aquellas personas, instituciones u organizaciones que se opongan o se enfrenten a la versión oficial y la estrategia que de acuerdo con la versión oficial determine la Administración Pública española, serán duramente despreciadas e insultadas, directamente o a través de la caverna mediática, como corresponde a su falta de colaboración y al obstáculo que suponen para llegar a la solución correcta del problema. Ejemplos, la PAH es una organización terrorista, Iberia ha hundido Barajas, los catalanes son nazis, los que se manifiestan por las preferentes son cortitos o unos aprovechados, los indignados que rodean el Congreso son como un vulgar Tejero cometiendo un golpe de estado, etc. etc. etc.

Desapariciones.

Todo alto cargo que sea acosado por el afectado o los afectados por un problema con la deshonesta intención de encarar el problema de frente, haciendo caso omiso de la versión oficial, e irresponsablemente intentar llegar a una solución razonable, tiene la obligación de desaparecer o hacerse el desaparecido para evitar que llegase a producirse una reunión con tan siniestro objetivo, y en caso que la reunión sea inevitable, será obligación del alto cargo asegurarse que el resultado de la misma no solo sea nulo sino que sea nada. Todo esto debe hacerse además manteniendo en todo momento que la intención del alto cargo es dialogar, y que si la negociación no se produce, en ningún caso es por su culpa.  Ejemplo, Rajoy cada día.

Rectificar es de suicidas.

Es indispensable que el alto cargo mantenga siempre bien alto el pabellón de la hidalguía y aplique sin titubeos y siempre que sea necesario el ancestral escudo castellano de “Sostenella y no Enmendalla”. En la Administración Pública española rectificar no es de sabios sino de suicidas. Esta característica y la que viene a continuación no serán de aplicación a cargos de niveles intermedios, cuando sus superiores así se lo ordenen. Ejemplo,  caso Bárcenas

Las equivocaciones no existen (o siempre son de los demás).

Equivocarse no es humano sino estúpido, y por esta razón en la Administración Pública española jamás se equivocan, dejando bien claro de esta forma además, que las equivocaciones las cometen siempre estúpidos que están lejos de la Administración Pública española. De esta característica se infiere que ningún alto cargo tiene la más mínima razón para avergonzarse de nada. Como ocurría en la característica anterior se pueden dar excepciones entre los mandos intermedios cuando interese a sus superiores.  Ejemplo, Wert cada día.

Conspiraciones Judeo-Masónicas.

Cuando la ignorancia de la realidad y la absoluta falta de rectificaciones lleven a un callejón sin salida o a un Tiovivo que nunca se detiene, se denunciará la consiguiente conspiración cargada de malévolas intenciones y organizada por grupos y personajes siniestros. Ejemplo, caso Bárcenas, versión PP.

Ni el más mínimo sentido del ridículo.

Cuando algún alto cargo de la Administración Pública española al que le quede algún pernicioso rastro de lógica, cartesianismo o sentido común tenga la sensación de que está haciendo un gran ridículo por cumplir con alguna de estas características, debe hacer de tripas corazón y cumplir sin la más mínima vacilación sus sacrosantas obligaciones para con la Patria. Ejemplo,  Margallo asaltando cancillerías y organismos internacionales para cortar de raíz la más mínima demostración de simpatía o apoyo al independentismo catalán.

Silencio Administrativo.

Se considerará falta gravísima, que podría dar por concluida de mala manera la carrera de cualquier alto cargo de la Administración Pública española, reconocer o aceptar la más mínima insinuación de que se dan las características aquí relacionadas. (Que os creíais, ¿que el silencio administrativo era eso que inventaron en la Administración Pública española hace muchos años y que nunca han puesto en práctica?. ¡Pues no!). Ejemplo, no los hay, todavía nadie se ha saltado esta característica que consiste en callar.

Si ahora hacéis clic en el link de la entrevista al Sr. Walsh y la leéis encontrareis en ella ejemplos de buena parte de las características que acabo de enunciar.

Por esto me extrañaría que no hubiese muchos españoles que quisieran la independencia de Madrid, y por eso no acabo de ver del todo clara la independencia de Catalunya, porque desde que Jordi Pujol dejó pasar la oportunidad de hacerla mejor, la Administración Pública catalana es bastante parecida a lo que acabo de describir, aunque con la excepción del “Sostenella y no Enmendalla” y poco más, razón por la cual, si Catalunya llega a ser independiente hay una remota posibilidad de acabar con esta mentalidad imperial de la Administración Pública española, pero en Madrid las posibilidades que esta peculiar forma de entender la gestión de un país moderno desaparezca después de los siglos que el país la soporta es prácticamente nula, al menos en varios siglos más.

El gobierno Rajoy acaba de demostrar que sacudirse de encima esta Administración va a ser imposible durante mucho tiempo. Ha cumplido las normas que le ha sugerido-obligado la Catastroika sin oponer la más mínima resistencia a aplicar medidas inmorales como el robo a los pensionistas u otras que estaba cantado que iban a tener un efecto demoledor sobre la recesión y destructivo sobre sectores como los relacionados con el arte, como la subida astronómica de IVA, hasta el extremo que ha sacado nota muy alta y ha dejado muy satisfecha a la Catastroika porque siempre ha llegado a las cotas más altas de perjuicio a la ciudadanía, y en algunas incluso se ha pasado. Pero en lo que se refiere a la Administración Pública española, cuya reforma hubiese sido la de mayores efectos beneficiosos a largo plazo no solo sobre la economía sino sobre el bienestar de los ciudadanos, se han dedicado a hacer lo mínimo para que no se pueda decir que no han hecho nada, y ha resultado también a plena satisfacción de la Catastroika.

Y el futuro no pinta mejor. Si de las próximas elecciones generales resulta un gobierno de coalición entre el PP y UPyD ya será para hacer las maletas. No puedo ni imaginarme una coalición entre el PP que ya conocemos, el que legisla para que eléctricas y otros servicios nos exploten como vacas lecheras, el que mantiene los abusos hipotecarios haciendo caso omiso de las advertencias del Tribunal Europeo, el que soluciona la tremenda falta de previsión del Estado simplemente robando a los pensionistas parte de su renta, el que aplica la austeridad cargándose la ciencia, la educación, la sanidad, y un larguísimo etcétera, coaligado al partido de una señora que empezó su carrera en la izquierda socialista y ha acabado en el populismo de derechas, que después de intentar alcanzar la cumbre de partidos existentes sin llegar ni al primer piso, se dio cuenta de que el populismo era su solución, que intentar convencer al electorado de la bondad de un programa concreto era estúpido, y lo que tenía que hacer era decir aquello que una parte importante de los votantes quieren oír, aunque sea una barbaridad, al tiempo que debía simular su lucha contra la corrupción con intervenciones perfectamente inútiles, pero sin plantear un sistema para acabar con ella como el de cualquier país civilizado, y una vez haya alcanzado el poder hará lo que le de la gana porque para eso le ha costado tanto llegar ahí.

Si cae esta desgracia sobre este país, será para emigrar de manera definitiva, o siendo catalán hacer lo posible para conseguir la independencia.

LVGWALSH