Con una sala llena casi hasta la bandera, y un calor ligeramente incomodo, pudimos disfrutar de una leyenda viva del rock and roll, Wanda Jackson nos visitó, y triunfo sin ninguna duda, no fue un huracán de rock and roll, no me malinterpreten, pero todo lo que hizo, lo hizo bien y con un gran gusto, pero ahora entro un poco más en materia. Y algo tengo que puntualizar, porque aun contando con un gran sonido, que me dejo maravillado, y con una actitud genial por parte de Wanda, que todavía mantiene su voz con garra, eche en falta la sección de vientos, (capricho mío claro), ya que en sus último disco de versiones, le da a todo un empaque increíble. Pero esto no es criticar, que la banda con guitarra, batería, piano, y el bajista combinando contrabajo y bajo, hicieron un trabajo más que notable, dando un gusto a todos los temas muy elegante. Genial por esa parte. Y bueno, mi pelea con el inglés, que no lo controlo ni mucho ni poco, lo controlo nada, me hizo no disfrutar de los momentos de charla de Wanda, que fueron bastantes durante la noche. Comprensible, al fin y al cabo, ella mantiene una voz estupenda, pero no es una niña, y administrarse bien es básico para completar un concierto. Alguna traducción que me dieron y lo poquito que cace, me hizo pensar que de haber estas en Las Vegas, en un casino típico de película, habría estado todo muy autentico, con la estrella cantando temas antiguos de rock and roll, y tirando de anécdotas de su larga y experimentada vida. Una velada de rock más que un concierto al uso. Tampoco es criticable claro, es solo percepciones propias.
Eso sí, el público totalmente entregado con Wanda, que no deja de ser un lujo poder ver todavía a artistas de este calibre sobre las tablas, dándonos una lección de elegancia y profesionalidad, y como no, haciéndonos pasar un rato excelente, donde la gente intentaba bailar dentro del poco espacio del que disponían. Rock and roll Party!!