Gavin O´Connor es el director, que nos cuenta la historia de una familia rota. Rota por culpa del padre, un exmarine borracho, y que intuimos que pegaba a su mujer. Ella y su hijo pequeño son forzados a huir de la casa y hasta 14 años después, Tommy el hijo pequeño vuelve. Pero no vuelve buscando al padre que perdió una vez, sino en busca del mejor entrenador de lucha que ha tenido para poder ganar el campeonato Sparta. Su hermano Brendan, alejado también de su padre, ha hecho la vida por su cuenta. Tiene mujer y dos hijas, y se encuentra agobiado por la presión del banco para embargarle la casa. Su trabajo como profesor de física no es suficiente, y al igual que Tommy, buscara dinero en aquello en lo que una vez fueron de los mejores: los combate de artes mixtas.
Como podéis ver, lo más fácil era haber caído dentro de todos los clichés que este tipo de películas pueden tener. No es así, el drama esta integrado dentro de las peleas, y hasta podemos distinguir la personalidad de los dos hermanos por su forma de luchar. Las escenas de combates, son un claro ejemplo de como deben de rodarse estas secuencias. La película tiene claras dos partes. Una primera donde se nos narra la situación familiar, y se van viendo como entrenan ambos hermanos, y otra segundo donde el drama sigue presente, pero se le da más cancha a los combates dentro del campeonato Sparta, hasta llegar a un clímax final perfecto para esta película.
Nick Nolte es el padre de Tommy y Brendan. Soberbia su interpretación, y además le vino como anillo al dedo, pues ya sabemos también de sus problemas con ciertas sustancias. No se quedan atrás los dos protagonistas: Tom Hardy y Joel Edgerton. Ambos sobresalientes, y yo aún me inclinaría más por Joel, pues lleva más peso de presencia en la película que Hardy. Como mujer de Brendan, tenemos también a la estupenda Jennifer Morrison.