Wasabi: más picante en tu vida

Por Celiaganzano @Cocinista

Somos millones los aficionados (y enganchados) al sushi y prueba de ello es la increíble proliferación de restaurantes japoneses en todas la ciudades del mundo, incluidas por supuesto las españolas.

Una gran parte del gancho que tiene el sushi se encuentra en el wasabi, esa maravillosa pasta verde picante que puede hacerte llorar si te excedes en su uso pero que está riquísima y más de uno dice que es adictiva.

La pasta de wasabi que normalmente disolvemos en la salsa soja en la que luego empaparemos nuestra pieza de sushi procede de una raíz cuya foto podéis ver aquí. Para preparar wasabi, se lava la raíz, se pela y se muele su pulpa con un rallador especial inventado para la ocasión. Hasta aquí todo parece sencillo, ¿verdad? Pero me temo que hay un pequeño problema…la raíz del wasabi es una planta que se cultiva casi exclusivamente en Japón, y es muy rara y cara. Por ello, es altamente probable  que los aficionados al sushi de todo el mundo que pensamos que hemos probado el wasabi en verdad hemos consumido en su lugar un tipo de rábano al que se le ha añadido colorante verde.

A menos que hayas ido a un restaurante de sushi de súper lujo, donde preparan el wasabi directamente a partir de la raíz fresca, lo normal es que hayáis tomado este sucedáneo. No es mi intención desilusionar a nadie y dichos sucedáneos son naturales y proceden del rábano picante, horse radish en inglés,  y están muy buenos. Además os ofrezco la posibilidad de probar wasabi de verdad, el auténtico haciendo click aquí. Y si queréis ver toda nuestra oferta en wasabi, incluidos los sucedáneos, que como ya he dicho son deliciosos, seguid este enlace.

El wasabi  se vende en tubo, (en forma de pasta), o en polvo. La ventaja del tubo es que es inmediato. La ventaja del polvo es que es más económico, podemos controlar la densidad de la pasta que hacemos y hay quien cree que conserva mejor su sabor y picor. Preparar el wasabi a partir de polvo es muy sencillo como muestra este vídeo.

El tipo de picor del wasabi es de los que se suben a la nariz. Es decir, estaría en la familia de las mostazas y no de los chiles, y con ello quiero decir que una ingesta excesiva de wasabi nos puede hacer llorar un poco, sudar, moquear, pero no nos hará daño al estómago como puede hacerlo una guindilla bien picante. Además, el wasabi tiene un sabor excepcional y es una pena limitar su consumo al sushi. Yo lo suelo preparar para acompañar pescados (cocinados) y es delicioso mezclado con mayonesa. Le da un toque especial y único y al diluirlo en la mayonesa pierde parte del picante pero sigue aportando sabor.

Nada impide usar el wasabi en otro platos. Los japoneses hacen unos aperitivos riquísimos con él. También se atreven a usarlo en rebozados y marinados de algunas carnes y pescados.

Ahora te toca a ti: ¿a qué le añadirías un poco de wasabi?