1. ¿Acaso los anuncios del 17 de diciembre de 2014 deben considerarse como algo sorprendente?
-Salim Lamrani: La reanudación del diálogo entre los dos países es histórica en la medida en que pone término a más de medio siglo de relaciones conflictivas. La política de hostilidad de Estados Unidos hacia Cuba es anacrónica pues se remonta a la Guerra Fría. El estado de sitio económico es también cruel ya que afecta a las categorías más vulnerables de la población. Por otra parte, las sanciones son ineficaces dado que no se ha alcanzado el objetivo de conseguir un cambio de régimen. Al revés, han aislado a Washington en la escena internacional.
2. ¿Acaso esas decisiones forman parte del proceso de reformas realizado desde hace unos años en Cuba?
-SL: Desde el triunfo de la Revolución en enero de 1959, Cuba siempre ha declarado su voluntad de tener relaciones normales y pacíficas con Estados Unidos, con tal de que se basen en la reciprocidad, la igualdad soberana y la no injerencia en los asuntos internos. La Habana siempre se ha mostrado constante al respecto.
Conviene recordar que la hostilidad es unilateral. Son los Estados Unidos quienes rompieron las relaciones con Cuba en enero de 1961 y quienes no han dejado de adaptar su retórica diplomática para justificar el mantenimiento de este estado de sitio. Al inicio, Washington justificó su política agresiva hacia La Habana oficialmente por el proceso de nacionalizaciones y expropiaciones que afectaba sus intereses. Luego, se puso en tela de juicio la alianza con la Unión Soviética. En los años 1970-1980, fue la solidaridad cubana con los movimientos revolucionarios e independentistas de América Latina, África y Asia la que se apuntó con el dedo. Tras la caída del muro de Berlín y la desaparición de la URSS, los Estados Unidos, en vez de normalizar las relaciones con La Habana, procedieron, por el contrario, a un recrudecimiento de las sanciones económicas, esgrimiendo esta vez el argumento de la presencia de Fidel Castro y Raúl Castro en el poder.
3. Cuba siempre ha dicho que estaba dispuesta a dialogar con Estados Unidos sobre una base de respeto mutuo. Entonces la posición cubana es coherente. ¿Pero cómo explicar el cambio de posición de Estados Unidos?
-SL: El presidente Barack Obama hizo una constatación lúcida a propósito de la actual política de Estados Unidos hacia Cuba. Washington ha fracasado rotundamente pues Cuba no ha renunciado a su proyecto de sociedad y consolida su proceso socialista haciéndolo más eficiente y adaptándolo a las nuevas realidades. Washington está aislado a todos los niveles sobre la cuestión cubana. La comunidad internacional es favorable a una normalización de las relaciones entre ambos países y condena firmemente la política de sanciones. En octubre de 2014, por vigesimotercer año consecutivo, 188 países –incluso los aliados más fieles de Estados Unidos– votaron a favor de un levantamiento de las sanciones económicas contra Cuba. América Latina se muestra unánime en su exhortación de liberar a Cuba del estado de sitio que la asfixia desde hace más de medio siglo. América Latina ha amenazado con boicotear la próxima Cumbre de las Américas de 2015 en caso de ausencia de Cuba. En los años 1960, Cuba estaba aislada en el continente americano. Sólo Canadá y México tenían relaciones con La Habana. Hoy La Habana tiene relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países del continente, con la excepción de Estados Unidos. Al persistir en aplicar una política absurda y obsoleta, Washington se ha aislado en el mundo.
Por otra parte, a nivel nacional, la opinión pública de Estados Unidos, con un 70% según un sondeo de CNN, es favorable a la normalización de las relaciones con Cuba. El pueblo estadounidense no entiende por qué puede viajar a China, principal adversario político y comercial de Estados Unidos, a Vietnam, país contra el cual Washington estuvo en guerra durante cerca de 15 años, y a Corea del Norte, que tiene el arma nuclear, pero no a Cuba, que jamás ha agredido a Estados Unidos en su historia, y que constituye un destino turístico natural por razones históricas y geográficas evidentes.
La comunidad cubana de Estados Unidos es favorable en un 52%, según un estudio, a un acercamiento bilateral pues aspira a tener relaciones pacíficas con su patria de origen y desea que los cubanos de la isla disfruten de un merecido bienestar, sin ser víctimas de sanciones.
Del mismo modo, el mundo de los negocios estadounidense es partidario del levantamiento de las sanciones contra Cuba, pues ve un mercado natural de 11,2 millones de habitantes listo para recibir inversiones de América Latina, Europa, Canadá y Asia.
Todos esos factores han llevado a Washington a flexibilizar su posición y a adoptar un enfoque más constructivo y racional.
4. ¿Las derrotas electorales de Obama y el fin de su mandato pueden explicar este cambio?
-SL: La realidad constitucional quizás haya desempeñado algún papel. En efecto, Obama está en su segundo mandato presidencial y ya no puede volver a presentarse. Pero parece que se trata sobre todo de una toma de conciencia del aislamiento creciente de Estados Unidos en la escena internacional sobre la cuestión cubana y del fracaso patente de semejante política agresiva.
5. ¿Cuáles fueron las reacciones en la isla? ¿Y en la Florida?
-SL: Cuba acogió con regocijo el regreso de sus tres compatriotas Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y Ramón Labañino, quienes cumplían severas penas de prisión por intentar neutralizar a los grupúsculos terroristas del exilio cubano que había causado la muerte de varias personas realizando atentados con bomba. Se trataba verdaderamente de una causa nacional en Cuba y el mantenimiento en detención de esas personas constituía el principal obstáculo a la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana. El pueblo cubano, que siempre ha tenido un lazo espiritual muy fuerte con el pueblo estadounidense, recibió la noticia del restablecimiento de las relaciones bilaterales con satisfacción.
6. ¿Acaso podemos esperar otros cambios?
-SL: El restablecimiento de las relaciones diplomáticas es un primer paso indispensable. No obstante, resulta insuficiente. Estados Unidos debe primero levantar las sanciones económicas contra Cuba. Obama puede hacer uso de sus prerrogativas como presidente y permitir por ejemplo que los turistas estadounidenses viajen libremente a Cuba. Ello firmaría el fin de las sanciones contra Cuba pues el Congreso no resistiría a las presiones del mundo de los negocios y estaría obligado a abrogar las leyes sobre el bloqueo. Luego, Washington debe también aceptar la realidad de una Cuba diferente, independiente y soberana y abandonar sus políticas hostiles destinadas a desestabilizar el país financiando a la oposición interna. Por fin, debe poner término a la ocupación ilegítima de Guantánamo y neutralizar a los sectores extremistas del exilio de la Florida que no han renunciado a la violencia terrorista.
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*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, SalimLamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, the Media, and theChallenge of Impartiality, New York, MonthlyReviewPress, 2014, con un prólogo de Eduardo Galeano. http://monthlyreview.org/books/pb4710/ Contacto: [email protected] ; [email protected] Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel .
Fuente: Rebelión