Washington Square supone mi primer acercamiento a Henry James, autor más conocido por obras como Retrato de una dama o La copa dorada. Se trata de una novela corta -apenas doscientas sesenta páginas- y considerada por el propio escritor como una obra menor -o puente- entre otras novelas más ambiciosas. En la nota de la edición de Alianza editorial podemos comprobar el poco entusiasmo que le inspiraba: << es una historia endeble, de un interés un poco demasiado limitado. Yo, sinceramente, no le doy mucha importancia>> Teniendo en cuenta que, como digo, no puedo opinar más allá de Washington Square, no voy a ser yo quien le lleve totalmente la contraria. No obstante, la buena acogida de ésta y las más que positivas críticas que ha cosechado desde su publicación, sostienen todo lo contrario. Además, mi experiencia y opinión personal es muy positiva y dudo que varíe en el futuro en función de nuevas lecturas.
La historia parte de una premisa muy sencilla; una joven que se debate entre el amor ciego hacia un hombre que acaba de conocer y el gran respeto hacia su padre, que desaprueba totalmente la elección de ésta. En un principio, los personajes, la presentación de estos y su ironía me recordaron mucho a Jane Austen. Y aunque al poco tiempo se nota la gran diferencia que hay entre ellos, la sensación de estar leyendo una historia escrita por una mujer no desapareció en ningún momento. Me ha resultado muy curioso. Hay que tener en cuenta que, aunque en un primer momento destaque y tenga más peso el padre de Catherine, al final es ella la protagonista absoluta, la única que claramente evoluciona a causa de la intervención de los dos hombres de su vida. Bueno, y de la lianta de su tía; personaje molesto y penoso donde los haya. Ahora bien, es la personalidad de padre e hija lo que hace tan interesante su lectura, así como su relación y la lucha de voluntades.
Austin Sloper es uno de los doctores más respetados de Nueva York, un hombre inteligente que tiene una gran opinión de sí mismo; siempre cree tener la razón y, desafortunadamente para los demás, suele tenerla. Excepto quizá en lo referente a su retoño. Siempre ha visto a Catherine como una muchacha carente de atractivo y de intelecto, algo que en un primer momento parece ser innegable. La trata de la forma más correcta posible pero es claro el disgusto y desagrado que le produce haber tenido una hija así de sosa, boba y mediocre. Su evidente falta de cariño choca mucho con la reacción ante el noviazgo con Morris Townsend. El doctor se da cuenta de forma casi instantánea de las intenciones ocultas del joven; juzgándolo como un cazafortunas bueno para nada. Pero, ¿qué puede importarle el bienestar de su hija? Un ser misógino, frío y cruel que no valora el amor incondicional de Catherine e incluso se regodea en su sufrimiento. No obstante, para mí ha sido mi favorito la mayor parte del tiempo -los mejores diálogos y el sarcasmo vienen siempre de su mano-, por lo menos hasta el completo despertar de su hija, la cual se convierte en la horma de su zapato. Catherine, como digo, resulta en un primer momento un retrato bastante exacto de la opinión que su padre tiene de ella. Sin embargo vamos descubriendo poco a poco que debajo de esa simplicidad existe una persona buena, ingenua, leal y respetuosa, lo que la convierte en un blanco fácil para los sarcasmos de su padre y de las intenciones maliciosas de Townsend. Es consecuente con las decisiones que toma y honorable con la personas a las que quiere. Tengo que decir que me ha costado empatizar con ella bastante, me sacaba de quicio lo pusilánime de su carácter, pero la influencia de los personajes masculinos hacen de ella una victima con la que simpatizar e incluso la heroína que esperábamos. Sin duda se le termina cogiendo cariño gracias a esa gran evolución. De tía Lavinia no voy a contar demasiado porque es de esos personajes ridículos que es mejor disfrutar mientras odias. Y de Morris Townsend poco más puedo decir sin spoilear la trama entera.
Un libro de gran calidad que atrapa desde el primer momento, contado de forma amena, sin caer en el drama y con mucha ironía. Una historia realista con un tema de actualidad en la época. Cuántas mujeres debieron de verse en la misma situación. El único punto negativo que le encuentro es que aunque me ha encantado no ha llegado a enamorarme del todo. Supongo que la causa es la ausencia de romanticismo en la historia de amor de Catherine y Morris. El sentimiento está ahí, por lo menos por parte de ella, pero no me ha llegado a emocionar. Aunque tampoco creo que fuera esa la intención de Henry James.
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·Editorial: Alianza 13/20
·Publicación: 2014
·Precio: 10,90€
·ISBN: 9788420682969
·Páginas: 272
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