Año: 2011.Género: Drama.País: Reino Unido.Duración: 97 minutos.Dirección: Andrew Haigh. Intérpretes: Tom Cullen, Chris New.
"Una noche de viernes, después de una fiesta con sus compañeros heterosexuales, Russell se dirige a un club gay. Justo antes de la hora de cierre se va con Glen. Así comienza un fin de semana - en bares y en habitaciones, emborrachándose y tomando drogas, contandose historias mutuamente y teniendo sexo - que resonará en sus vidas."
Weekend no es sólo una película de corte homoerótico. No es el hecho de que los protagonistas sean homosexuales, cualquier persona en una situación parecida puede sentirse identificado con uno u otro personaje. Bebiendo de fuentes claras como el caso de las icónicas Before Sunrise y Before Sunset, el director y guionista Andrew Haigh firma su segundo largometraje (el primero es Greek Pete, luego de una tanda de cortos) narrando la historia íntima y trágica de dos muchachos que, en un fin de semana, descubrirán muchas cosas sobre ellos mismos.
Russell es una persona reservada, que acepta su homosexualidad pero que no la anda gritando al viento; Glen es un artista que no le teme a la vida, con un peculiar sentido del humor y con las cosas en claro. Glen tiene un experimento en mente, y necesita grabar la experiencia de este encuentro en las palabras de Russell. Al principio, parece una estupidez, pero de a poquito los nudos comienzan a desatarse y los verdaderos sentimientos de cada uno comienzan a aflorar.
El estandarte fuerte de Weekend son las maravillosas actuaciones por parte de Tom Cullen y Chris New, el primero quien le aporta una apatía natural y una frescura a su Russell, y el segundo quien tiene a su cargo al firme pero sensible por debajo de esa superficie dura Glen. Juntos tienen una química palpable, a flor de piel, y no le temen a nada, ya que el nivel de contacto físico al que llegan es para aplaudir de pie. Se sabe que New es gay en al vida real, pero si Cullen no lo es, más aplausos todavía. Mas allá de este detalle, y volviendo a las aptitudes actorales del dúo, es la última escena en la que demustran todo su afecto que no se puede evitar los ojos llorosos. Sos potentes, de verdad lo son, y junto a la maestría de Haigh, se elevan aún más.
Calificación: A