Para mi esta es una de las sensaciones más gratificantes que tengo en esta vida.
Pocas son ya las veces que cangrejíto se acurruca a mi lado, y menos, las que se duerme. Pero por suerte para mi, cangrejín todavía disfruta de estos pequeños momentos de felicidad.
A veces, para no despertarlo, cojo el teléfono y lo observo a través la cámara del móvil.