La clave para abandonar el modelo de pago ha sido la compra de la compañía por parte de Facebook, que en 2014 desembolsó 13.800 millones de euros para hacerse con esta popular herramienta. "La compra nos permitió concentrarnos en crecer y no pensar más en ganar dinero", explicó Jan Koum, cofundador de WhatsApp, en una conferencia en Múnich.
"Cuando hemos crecido, nos hemos dado cuenta de que este enfoque no ha funcionado bien. Muchos usuarios de WhatsApp no tienen un número de tarjeta de crédito y les preocupa perder el acceso a sus familiares y amigos después de su primer año", ha explicado Koum.
De este modo, Whatsapp buscará formar para hacer rentables sus más de 900 millones de usuarios, métodos que pueden generar mucho más dinero que esa cuota de un dólar o un euro anual.
La compañía ya ha descartado la idea de insertar publicidad, que podría hacer más incómoda la aplicación. Sus miras están puestas ahora en dar servicios especiales a empresas, formas personalizadas que les permitan comunicarse con sus clientes y viceversa.
Algunas otras compañías como Line o Facebook Messenger ya han comenzado a probar con éxito esta estrategia.