Cuando fue creado por la agencia Cleansheet Communications, la intención del spot (promovido en unión con la plataforma “We all play for Canada”) era situar a Canadá en el podio… ¡de los países éticos!, destacando los valores de compañerismo e inclusión social que deben prevalecer en la práctica del deporte. Y, en efecto, está siendo utilizado en muchos colegios e institutos de ese país como ejemplo inspirador para los jóvenes deportistas.
En la primera escena, nos muestra a un grupo de chicos jugando al baloncesto en un patio vecinal. De repente, un fallido lanzamiento a canasta hace que el balón se escape más allá de la pista improvisada, entre muros de casas y puertas de garajes, hasta detenerse frente a la casa de un niño en silla de ruedas. El joven que se acerca a por la pelota, y el niño minusválido le saluda con un caluroso "hola" y una sonrisa amigable.
Al día siguiente, el niño discapacitado descubre en el porche de su casa una pelota de baloncesto, y decide devolvérsela a los chicos que jugaban con ella. Al llegar al lugar donde juegan los demás niños, el joven de la silla ve cómo sus vecinos han puesto ruedas ('wheels', en inglés) a triciclos, cajas u otros objetos, para jugar en sus mismas condiciones... El anuncio termina con un mensaje esperanzador: “Cuando aflora lo mejor de nosotros, nuestra nación se vuelve más grande”.
Ojalá que esta publicidad con valores vuelva a ocupar un puesto de honor en la actual programación televisiva. Brindo por ello con este post. Que lo disfrutéis.