TÍTULO ORIGINAL Whiplash
AÑO 2014 NACIONALIDAD USA
DIRECTOR Damien Chazelle
GUIÓN Damien Chazelle
REPARTO Miles Teller, J.K. Simmons, Melissa Benoist, Paul Reiser, Austin Stowell, Jayson Blair, Kavita Patil, Kofi Siriboe, Jesse Mitchell, Michael D. Cohen, Tian Wang, Jocelyn Ayanna, Tarik Lowe, Marcus Henderson, Keenan Henson
SINOPSIS El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven.
Whiplash mola mucho, es dura, intensa y muy real. Consigue que quieras y odies a según qué personaje, pero el final es tan irreal como cualquier producto hollywoodiense.
Continúo tras el salto, spoileando.
Todo me resultó muy creíble, alumno, profesor, compañeros, padre y novia… No hay más personajes, y si nos centramos en los principales, sólo son 2, alumno y maestro.
El joven padawan de la batería, el Buddy Rich de la historia, quiere destacar, por encima de todo (y todos). Es algo normal, pero al chaval le pueden más las ganas que los dedos de frente que tiene, que son pocos. Está en el conservatorio, en la mejor escuela de Jazz de NY, con los mejores profesores, y por donde han pasado los más grandes músicos del género… está en 1º, y cuando un profesor, de cursos muy superiores, le ofrece unirse a ‘su banda’, en lugar de decirle ‘no me veo preparado todavía’, ‘es muy pronto y aún tengo mucho que aprender’, o similar, no… se caga por la pata abajo y acepta como una gata en celo acepta los mimos de cualquiera.
En ‘la banda’ sufre las humillaciones del profesor (él y sus compañeros), de forma constante e insistente. El profesor, por cierto, debe tener un metrónomo metido en el culo, porque tiene una obsesión con el tempo digna de Marty McFly. Ante estas humillaciones, el chaval sólo hace una cosa… practicar, practicar y practicar para mejorar como el mejor y no tener fallo alguno para que nadie se pueda quejar… Salvo ese profesor, que encuentra fallos donde no los hay.
Y así avanza la película, hostia va hostia viene, mientras el chaval sufre una especie de síndrome de Estocolmo por su profesor, que cuanto más lo maltrata, más le mola y más se desvive por él. Sólo así se entiende que para moverme 10 kilómetros para una actuación, alquile un coche, haga 4 viajes con él (porque me dejé las baquetas atrás), en el último me atropelle un camión, salga reventado sangrando del coche y corra hasta el escenario para sangrar sobre la batería, dar puta pena y caer exhausto sobre los timbales.
Y hasta aquí ‘lo real’ (aunque esto último del camión es un poco raro). A partir de aquí, entra Hollywood.
El chaval es convencido por su padre y una abogada para poner una ‘denuncia anónima’ en la escuela y consiguen expulsar al profesor, que ya se había encargado de matar a otro alumno anteriormente (se suicidó por estrés), y semanas o meses más tarde se lo encuentra tocando el piano en un bar y se toma unas cervezas con él. El profe lo invita a tocar de buen rollo en una nueva banda que está montando y -Estocolmo!- acepta.
El profe le dice que tocarán los temas que ya conoce, los 3 de siempre, pero al llegar al escenario, el primero que presentan es un tema que él nunca habia tocado, y claro, tiene que improvisar, y dar puto asco. La caga como si no hubiera un mañana. El profesor se acerca y le dice ‘Estás acabado, acaso crees que no sé que fuiste tú?’ (en relación a la ‘denuncia anónima’)… El monas se larga llorando, abraza a su padre, vuelve como un machote, se marca un solo de 7 minutos y se hace colega del profe.
Sí, el final es tan rápido, acelerado y absurdo como lo leéis. Después de meses de maltrato psicológico, de humillaciones por cada escenario, de una puntilla final asesina, vamos y nos hacemos colegas? Amosnomejodas…
Resumiendo, todo guay, pero un final patético.
La dirección, fotografía, etc. todo correcto. La música, lo mejor.
Si te gusta el Jazz o la batería, te gustará:
Pongámosle pelo y bigote al profesor… te suena?