El perro se llamaba Rogue. Cuando el ansioso spaniel intentó salir de los jardines corriendo, los soldados lo hicieron volver a entrar. Su amo siguió adelante sin el perro, tranquilamente, dirigiéndose a su ejecución como si fuera a practicar su ejercicio diario.
Otros monarcas depuestos sufrieron una brutalidad mayor.
A Carlos Estuardo de Inglaterra (1600-1649) no le encadenaron, no le hicieron pasar hambre, no le encerraron en una celda desnuda ni lo torturaron. La gente discutiría sobre si su juicio fue legal, pero él tuvo un juicio que terminó bruscamente sólo porque se negó a reconocer el proceso.
Una vez condenado, por lo general lo siguieron tratando con cautelosos modales. No hubo asesinos silenciosos, vestidos de negro, que llegaran por la noche para llevar a cabo órdenes violentas que pudieran negarse después.
Fuente:
- "Rebeldes y traidores en su librería Casa del Libro".
Nº de páginas: 1036 págs.
Editorial: EDHASA
Lengua: ESPAÑOL
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788435061988
Año edicón: 2012 Plaza de edición: BARCELONA