Wilde y su retrato de Dorian Gray

Publicado el 27 junio 2010 por Protestantes @periodistadigit

JOSÉ DE SEGOVIA

La nueva adaptación al cine de la obra de Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray (1891), trae de nuevo a la actualidad un clásico, que es cada vez más leído en clave cristiana. Hubo un tiempo en que la figura de Wilde se consideraba el más claro ejemplo de la decadencia moral victoriana. Los estudios más recientes insisten sin embargo, no sólo en la fe que aparece al final de su vida –antes de morir de sífilis el año 1900–, sino a la atracción que sintió por el cristianismo desde su infancia. Novelas como El retrato de Dorian Gray nos preguntan “¿de qué sirve ganar el mundo, si se pierde el alma?” (Marcos 8:36).

El director Oliver Parker afronta con esta película su tercera adaptación de una obra de Wilde –tras Un marido ideal (1999) y La importancia de llamarse Ernesto (2002) –. Adopta sin embargo esta vez una lectura fantástica, intentando adaptar el relato clásico a los hábitos de consumo del público contemporáneo, convirtiéndolo en un descafeinado terror posmoderno, carente de todo interés. Lo único que se reconoce ahora de la novela es el personaje de Lord Henry Wotton –magníficamente interpretado como siempre por Colin Firth, en el papel del sofisticado y deslenguado iniciador de Dorian Gray al mundo hedonista–.

Puede leer aquí e artículo completo de este periodista y teólogo protestante, titulado Wilde y su retrato de Dorian Gray