#Músicaparaelencierro. LightbulbSun nos trae un homenaje póstumo al gran Willy Crook, el saxofonista promiscuo del rock nacional, y en esa tesitura copio uno de los textos que hay en el posteo: "Existe alguien a quien respeto mucho dentro del rock argentino. Ese alguien es Willy Crook. Quien nunca se amoldó a nada, siempre empujó desde el fondo, nunca ganó los aplausos populares, nunca manejó una banda ni lo quiso hacer, siempre gobernó su destino musical a antojo. De allí logró forjar con total magnetismo su carrera como frontman de la escasa actividad funk de nuestro país". A este disco, por alguna razón, se le anexa el homónimo de Valentino Jazz Bazar y ambos conforman un trabajo donde alternan sus incomparables estilos y brindan un espectáculo plagado de muy buena música.
Año: 1998
Género: Rock / Funk / Soul
Duración: 52:44
Nacionalidad: ArgentinaAcá está Eduardo Pantano, alias Willy Crook, saxofonista, guitarrista, cantante y compositor oriundo de Villa Gesell. A lo largo de su carrera participo en bandas de gran reputación como Patricio Rey y sus redonditos de Ricota, Charly Garcia, Sumo, Pachuco Cadaver, Gotan Project, Los Fabulosos Cadillacs y Los Abuelos de la Nada, entre otros. Fue telonero de David Bowie y James Brown en sus visitas a Buenos Aires. El geselino junto a su banda The Funky Torinos, hace este disco que deambula por diversos estilos como el funk, soul, jazz, rock, bossa nova y reggae. En "Eco" el ex saxofonista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota contó con participaciones estelares como la de Skay Beilinson y Diego Arnedo en "100%" y la de su antiguo compañero en la banda Lions In Love: Daniel Melingo.
"En la mitología griega, Eco es la ninfa que personifica el fenómeno sonoro", explica Crook sobre el origen del tÌtulo de su cuarto álbum solista. "Pero dicen que Eco también se ocupaba de distraer a Hera, la esposa de Zeus, mientras aquel se iba de joda por ahí". Más allá de historias griegas oficiales y no tanto del nombre, Eco es el segundo disco de Crook con los Funky Torinos. Un álbum doble, que incluye de regalo una placa con standards de jazz sin pretensiones. O "para amas de casa", como le gusta decir al guitarrista Juan Miguel Valentino, factótum del grupo que firma los temas: la Valentino Jazz Bazar. Pero el álbum en serio de Crook reside en la otra placa, la que contiene 16 flamantes temas de los Funky Torinos. Algunos instrumentales, otros cantados. Un álbum que sale de la dictadura del soul de su predecesor, y amplía el espectro hacia el rock, el reggae y el dub. Hay invitados de lujo, como Diego Arnedo (en el tema "100%") y Skay Beilinson (en "Eternity", un tema compuesto en el Torino, camino al estudio). "Para tocar con Skay también tengo listo otro tema", confía Crook. "Pero no me gustó la letra que le puse. Y además quiero que sea en castellano, así que deberá esperar una próxima oportunidad". Grabado en El Pie y masterizado en Temple of Soul Studios, Eco tiene fecha de presentación para el 19 de agosto en La Trastienda, en un recital gratuito. Habrá que ver si el recital termina con la frase que tan oportunamente termina el disco: "No pienses... tocá!".
El saxofonista promiscuo del rock nacional (los Redondos, Riff, Los Abuelos de la Nada, Charly GarcÌa) devenido en capitán descubridor del soul a la porteña tiene un cuarto disco solista por venir y una nueva vida por vivir, que incluye la llegada de su primer heredero. Mientras, asegura que sus manos destrozan las buenas intenciones musicales de su cerebro. Pero sigue insistiendo.
La legendaria labia de Daniel Melingo apalabró sin efectivo un oscuro estudio porteÒo por un tiempo, Poly y Skay donaron una de las cintas en que se grabó la música, y meses después Alejo Stivel prestó su estudio madrileño para poner las voces. Tanta ayuda de sus amigos hizo que el autor de aquellos temas fuera asaltado por la duda cuando finalmente la odisea musical estuvo terminada. "¿Cómo le ponemos en la tapa?", preguntó. A lo que Melingo respondió: "Willy Crook, idiota... ¿Cómo le vas a poner?".
AsÌ es al menos como el propio Crook recuerda la escena, cuatro años después, cuando Big Bombo Mama –aquel disco iniciático– ha dejado de ser un mero capricho del saxofonista más promiscuo del rock argentino para transformarse en el puntapié inicial de una exitosa carrera solista, que dentro de unas semanas tendrá un cuarto capítulo discográfico. "Ahí fue cuando comenzó el pánico", precisa Willy, que confiesa que aún hoy no puede escucharse en aquel disco sin sentirse un tanto incómodo. "Es que, lejos de ser el comienzo de una carrera, ese disco apenas si fue algo anecdótico. Por entonces la idea era seguir con los Lions In Love, la banda que teníamos con Melingo. Pero ese viejo motor del rock que es el hambre me volvió a poner un tiempo después en primer plano, y con la inconciencia de siempre volví a ir para adelante. Y así perdí la comodidad de estar entre el montón, porque una vez que salís al frente perdiste para siempre los privilegios del asalariado".
Atención, que no suene a queja. Porque no lo es. Cómodamente instalado al volante de su muy bien cuidado Torino, Crook por supuesto que celebra su buen momento. "Me alcanza con que esto se mantenga estable", murmura sonriente, sobrio como nunca y a punto de ser padre de un varón que llevará el nombre de Nilo. A lo que sí suena cada uno de sus comentarios, que quede claro, es a humildad bien entendida. "Yo apenas si estoy ocupando un lugar que estaba libre; lo mío, como me definió alguna vez Pappo, es un caradurismo que llegó para quedarse. Además, apenas si estoy haciendo la música que me gustaría escuchar", dice de su música. "El soul, después de todo, es un género tan noble como el blues. Un género que merece un destino similar dentro de la historia del rock local. Sabemos que bajo la alfombra del blues, las sirvientas del ritmo escondieron gran cantidad de basura durante el llamado boom del blues porteño. Pero al final los que quedaron son quienes saben tocarlo. Y con el soul debería pasar lo mismo. Lo que yo hago es sólo reciclarlo un poco, en un juego interno que ha terminado sobredimensionándose. Después de todo, mis expectativas con la música siempre terminaron en el borde del escenario. Apenas si estamos ahí, con mis amigos, haciendo nuestra gracia. Es muy poco ambicioso, y tal vez sea eso lo que a la gente le gusta".
Vaya uno a saber. Lo que a la gente le gusta de Crook bien pueden ser apenas sus dreadlocks. O su labia generosa y chisporroteante. O su vestuario, tan hype. O tal vez su frondoso pasado vagabundo y musical. "Lo mío siempre fue un poco como el libro En el camino, de Kerouac. Me crié en Gesell, vagué por Europa, y toqué con todos: Sumo, Los Redondos de Ricota, Los Abuelos de la Nada, Riff o Charly García, entre otros. Con el único que me falta tocar es Spinetta, pero nunca pierdo las esperanzas".
Una buena forma de hacerse una idea del camino recorrido por el Capitán Crook, el Descubridor del Soul, es pensar en una persona que –al revés que muchos jóvenes rockers– primero experimentó el rock y recién mucho después se puso a escuchar y descubrió lo que más le gustaba. "Es cierto. Porque yo empecé medio con un dedo en el culo, un asunto de tocar o morir", reconoce Willy. "Y lo que toco hoy tiene mucho que ver con mi última época en España, con los Lions in Love, y con haberme puesto a pinchar discos. Me daba el gusto de poner lo que quería, y descubrí que lo que quería era el soul. Venía de demasiada escuela de rock y quería escuchar otras cosas. Recién en este nuevo disco, amigos, vuelve el rock". Este nuevo disco se llama Eco, y con él Crook vuelve un poco a juguetear con esa poligamia estilística que tan bien les caía a los leonesenamorados. "Era una banda increíble, pero nadie se hacía cargo de nada", recuerda Crook. "Y ésa es una de las lecciones que aprendí: no existe la democracia musical. Alguien tiene que tomar las decisiones. Todo muy lindo, pero alguien tiene que agarrar el volante, sino chocamos seguro". Y las lecciones no terminan allí. Bien se puede tomar el recorrido del Crook solista como una suerte de currícula del rocker autodidacta, en el que Big Bombo Mama es algo así como el fin de la inocencia ("me engañaron y nunca me pagaron un peso", recuerda). El olvidable Pirata sería entonces un momento de revancha ("como nunca nos pagaron el primero, lo copiamos en el segundo", dijo alguna vez), y el homogéneo Willy Crook y Sus Funky Torinos, el descubrimiento de un estilo personal. Y Crook sabe que esto no termina en "Eco". Para recibirse en las academias del rock nacional, le queda una materia pendiente: cantar en castellano. "Todos los intentos que he hecho hasta ahora fueron desechados. Todavía no le encontré la entonación correcta, no me puedo escuchar cantando en castellano. Además, siempre existe la odiosa comparación con el inglés", confiesa. "Pero no es un imposible. Ahora que tengo un poco más de tiempo, me tomo más en serio lo que hago y estoy más concentrado, voy a investigar ese curioso idioma llamado castellano", bromea, ahora abrazando a su perro Chaca en el cómodo living de su hogar de San Telmo.
En la puerta está estacionado el Torino, y a una cuadra y media, frente a la plaza Dorrego, su bar preferido. Lejanos están los tiempos en los que era un Redondito: hoy el Capitán Crook apenas si se entusiasma al descubrir lo que será ser padre. "Era cierto nomás lo de la semillita...", dice, admirando la panza de su mujer Lorena, a punto de parir. "Me gusta pensar en el arte como un vehículo para ir a otro lado, a un lugar donde no exista bien ni mal", dice quien sabe que la distancia que hay entre su cerebro y la punta de sus dedos es larguísima. "Lo que escucho en mi cabeza lo destrozo con mis manos", revela. "Pero eso apenas si me augura todo un futuro por delante. No voy a quedarme conforme nunca, y es para eso que estamos acá. Para caminar, no para llegar a ningún lado".
Un álbum sólido (mejor dicho dos), con bases rítmicas muy bien trabajadas en la batería, percusiones, bajo y guitarra rítmica, complementadas a su vez con grandes arreglos melódicos de la mano de los vientos, el sonido del teclado Hammond y una buena performance de Crook en la voz.
Este saxofonista había participado de los primeros años de Los Redonditos de Ricota (tras un frustrado intento de incorporarse a Sumo). Con ellos grabó "Gulp!" y "Octubre". En 1986 se sumó a Los Abuelos de la Nada, en la última gira de Miguel Abuelo antes de su muerte.Rock.com.arComo anécdota graciosa les dejo un extracto de una entrevista realizada un tiempo atrás donde confiesa que hubo un tiempo en que Willy no fue tan cool y sus canchereadas lo llevaron al Neuropsiquiátrico Borda: "Entré por lo mismo que todos entran. Y salí cuando se dieron cuenta de que yo no estaba loco, sino que simplemente era un boludo. A nivel de testeo de psicofármacos, fue una experiencia importante, pero la calidad de éstos no me permite recordar nada con claridad."
Entre 1989 y 1993 integró Lions in Love, la banda "española" de Daniel Melingo. Su álbum debut, "Big Bombo Mamma" (1995), fue cantado íntegramente en inglés. Entre los músicos invitados figuran Melingo (también el productor artístico), Fernando Samalea y Stephanie (integrante original de Sumo). Para las presentaciones en vivo de este trabajo (que fue editado también en España, Bélgica y Holanda), Crook formó una banda integrada por Pablo Guadalupe (batería), Martín Aloe (bajo) y Patán (piano).
Paralelamente, Crook colaboró con artistas como Charly García, Los Fabulosos Cadillacs, Riff, Man Ray, Memphis, Fontova Trío, Los Encargados y Sumo, entre otros.
En 1997 grabó un disco con la denominación de su nueva banda: "Willy Crook y los Funky Torinos". El álbum contó además con la participación de Daniel Melingo, Fernando Samalea y Miguel Zavaleta. Ese año fue invitado a tocar como telonero del show de David Bowie en Ferro, asi como también de James Brown.
Su tercer trabajo fue Eco (1998), en cuya grabación participaron 24 prestigiosos músicos y pasea por estilos como el funk, rock, bossa nova y reggae.
Dos discos en vivo fueron editados en 1999, registrados el año anterior durante un recital en el Teatro Coliseo. Vivo I y Vivo II se lanzaron por separado y contienen un video multimedia. En su segunda visita al país, James Brown pide que Crook vuelva a ser su artista telonero en el Luna Park.
A comienzos del 2002 editó Versiones, con clásicos como Evil Ways, Lazy, Money, Hit the road Jack y Meditacao. Grabó Crük, con temas remixados que fueron extraídos de grabaciones registradas en su porta studio en distintos momentos de su carrera.
A ver, algo más:
La carrera musical de Willy Crook arrancó a muy temprana edad, tocando el saxo en Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota cuando no llegaba a los 20 años de edad y llegando a grabar con ellos en sus dos primeros trabajos para luego emigrar hacia Los Abuelos de la Nada, con quienes participaría de la última gira que hicieran previa a la muerte de Miguel Abuelo. Luego, ya entrada la década del 90, participaría en Lions In Love junto a Daniel Melingo, quien sería el encargado de producirle su primer disco como solista, "Big Bombo Mamma" aparecido en 1994.Hugo
En 1997 vendría su segundo disco, titulado "Willy Crook y Funky Torinos" y a partir de ese momento adoptó ese nombre para llamar a su banda con la cual al año siguiente lanzaría su tercera producción: "Eco".
El disco fue bautizado así en referencia a la ninfa griega que fue condenada a no hablar sino para repetir las últimas palabras de lo que escuchaba, y en el mismo la banda se luce pasando por diversos estilos como el rock, la bossa nova y el reggae, pero fundamentalmente el funk, género del cual Crook es el referente número 1 en el país. Para la grabación del mismo Willy contó con la participación de muchos invitados entre los que se destacan Skay Beilinson, en ese entonces guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Daniel Melingo y Diego Arnedo de Divididos.
Existe alguien a quien respeto mucho dentro del rock argentino. Ese alguien es Willy Crook. Quien nunca se amoldó a nada, siempre empujó desde el fondo, nunca ganó los aplausos populares, nunca manejó una banda ni lo quiso hacer, siempre gobernó su destino musical a antojo. De allí logró forjar con total magnetismo su carrera como frontman de la escasa actividad funk de nuestro país.Imfreakalot
Luego de participar en Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en sus dos discos claves, “Gulp!” y “Oktubre”, naufragó por los mares del anonimato aportando a través de su saxofón columnas de humo a varias canciones nacionales; luego, se volvió a perder entre el ruido de los demás.
Hasta que en 1995 graba su primer disco en solitario, llamando la atención de la crítica, moviéndose por los subterráneos lugares culturales de Buenos Aires, llevando la palabra funky como una pequeña hormiguita que discurre entre la multitud. Dos discos más tarde, Willy ya se ha convertido en el referente número uno de los ritmos no tradicionales dentro de nuestro rock. “Eco” de 1998, es el retrato fiel de su espíritu aventurero, del estado más puro de creatividad y libertad a las ataduras que infringen las grandes compañías discográficas. Grabado con más de veinticuatro músicos colaboradores, el disco conjuga funk, soul, bossa-nova, rock y reggea, con estupenda aceleración, combinando climas espesos con aquietados ambientes. En donde deja canciones cantadas con su aguardentada y sugestiva voz en verdaderas odas sensuales.
Este disco tuvo la particularidad de editarse doble, donde venía acompañado un disco del notable guitarrista Juan Valentino con su banda, Valentino Jazz Bazar.
Espero les guste!
www.willycrook.com.ar
01. H-funk
02. Back to life
03. Inside me
04. Loca por mi
05. Never his hair
06. Eternity
07. Eco
08. Zurita 4º bajo
09. 100%
10. El 47
11. Best dress
12. Super soul drivers
13. Don't try this at home
14. Thinkin'on nilo
15. PNP (Bonus track)
Jazz Bazar 01. Donna02. Bananas Fritas03. Body & Soul04. Cotillón05. Oscar's Waltz06. Swingin' At The Heaven07.Fin De Invierno
The Funky Torinos:
- Juan Miguel Valentino / guitarra
- Patán (Carlos Vidal) / piano
- Timoty Cid / batería
- Fernando Lupano / bajo
- Miguel Angel Tallarita / trompeta
Invitados:
Bebe Ferreyra/ trombón
Fabián Zilberman / saxo tenor y flauta
Hubert Reyes / percusión
Divina Gloria / Coros
Graciela Mescalina / Coros
Jorge Pascali / Bajo en 3, 8 y 14, guitarra en 15
Daniel Melingo / Guitarra y clarinete
Skay Beilinson / Guitarra en 7
Nando Ricciardi / Batería en 9 y 12
Martín Aloe / bajo en 9 y 12
Diego Arnedo / Bajo en 10
Juan Escalona / Trombón en 16
Sección de cuerdas en 8:
Alejandro Teran / viola, arreglos.
Javier Casalla / violines
Slava Poloudine / Cello