Hay una parte muy especial de la obra de Wim Mertens a la que hay que acercarse con sumo cuidado. Se trata de los denominados “ciclos” que empezaron en 1991 con una trilogía titulada “Alle Dinghe”, dividida en sendas cajas de gran extensión y complejidad. La música contenida en los “ciclos” no es para ser escuchada habitualmente, ni siquiera con una frecuencia regular. Son piezas difíciles de asimilar por varios motivos. Por un lado está su concepción, en muchos casos como “deconstrucción” de otras obras del músico que aquí son diseccionadas, abiertas en canal y expandidas sobre la mesa del forense quien se recrea en detalles que pasaban desapercibidos en la pieza original llegando a construir decenas de variaciones sobre un motivo nimio. Por otra parte tenemos su rareza instrumental, siendo fácil encontrar obras escrita para formaciones poco usuales y combinaciones de elementos completamente impensables.
Igual que no es recomendable sumergirse en esta música muy a menudo, tampoco es fácil escribir sobre ella, razón por la cual, esta parte del trabajo del compositor belga aparece por aquí con cuentagotas. Dentro de la gran extensión habitual de los “ciclos” de Mertens, encontramos también verdaderas joyas que bien podían haber tenido una vida independiente, caso de los dos fragmentos que hemos comentado aquí en el pasado: el excepcional “Alle Dinghe” y el no menos fantástico “Poema”. Hoy volvemos al primero de los “ciclos” al que daba título el volumen recién citado en primer lugar, que era también el nombre genérico de la tercera parte del mismo. “Alle Dinghe” apareció en 1991, en medio de la época en la que Mertens gozaba de mayor popularidad y supuso toda una sorpresa. “Vita Brevis” era un doble CD dividido en siete partes identificadas sencillamente con numeración romana. ¿la música? Casi dos horas de música para fagot interpretada por Luk Verdonck.
Un disco doble de obras para fagot es algo muy poco común por no decir insólito y el hecho de que no se trate de una interpretación “real” sino que en muchos momentos lo que suenan son diferentes pistas grabadas de forma independiente no consigue paliar el hecho de que el oyente se enfrenta a una experiencia en la que la monotonía amenaza con reducir la atención que toda obra merece. Había un precedente más o menos cercano en la obra de Mertens en el disco “Instrumental Songs” en el que se recogían cerca de cuarenta minutos de piezas para saxo soprano aunque había dos diferencias importantes: la primera, que la música de aquel trabajo sí era para una sola voy y tocada “en directo” por el intérprete. La segunda, y que hacía su escucha más sencilla, es que gran parte de las piezas tenía su origen en composiciones previas con lo que el seguidor del músico belga encontraba una familiaridad que suavizaba mucho la propuesta. Nada de eso ocurre en “Vita Brevis”, trabajo en el que los escasos referentes melódicos que cuentan con alguna correspondencia con otras obras del músico (caso de algún fragmento de la parte IV) la encuentran en obras futuras, es decir, que, en lugar de tratarse de “deconstrucciones” de piezas previas, serían anticipos de composiciones futuras. Así, algún motivo melódico apuntado en la citada parte IV de “Vita Brevis” se reproduciría algo después en una pieza escrita por el músico para acompañar un cortometraje mudo de los albores del cine como arte.
Con toda probabilidad, “Vita Brevis” era el fragmento más árido de la trilogía “Alle Dinghe” lo que no le resta interés. De hecho, en el siguiente “ciclo”, Mertens radicalizó mucho más su propuesta hasta convertir los siete discos que integraban “Alle Dinghe” en un agradable paseo en comparación. Actualmente, todos los “ciclos” están descatalogados por separado pero se reeditaron en una mastodóntica caja titulada “Qua” que aún es posible encontrar por parte del aficionado más pudiente y entusiasta. Desgraciadamente, la rareza de la música contenida en "Vita Brevis" no nos ha permitido encontrar algún fragmento que compartir con los lectores para hacerse una idea, siquiera aproximada, del contenido de la obra.
Portada de la caja que compila todos los "ciclos" de Wim Mertens
Mientras tanto, Mertens sigue publicando nuevos trabajos como el que ocupará la próxima entrada del blog, aparecido hace pocas semanas. Hasta que llegue ese momento, puede ser buena idea acercarse, con precaución, a discos como “Vita Brevis”. El contraste entre una y otra faceta del artista belga puede ser revelador.