La Batalla de Accio (año 31) es el momento histórico escogido por Wim Mertens como inspiración del cierre de su trilogía “Cran aux Oeufs”. En aquel momento clave, Octavio (luego llamado César Augusto) derrotó al ejército de Marco Antonio y Cleopatra poniendo fin a la relativa independencia del Egipto Ptolemaico que quedó incorporado a Roma como una provincia más.
Hace apenas unas semanas que apareció “Dust of Truths”, disco para una formación algo más reducida de lo que pensábamos cuando se anunció el proyecto y se decía que la tercera parte estaba escrita para orquesta. Cierto es que se trata de “ensemble” amplio pero sólo consta de un músico más que “Charaktersketch” (diecisiete frente a los dieciséis de entonces). La diferencia estriba más en la composición del grupo que en el número: las cuerdas ganan peso frente a los metales. Detalles como este al margen, estamos ante un disco nuevo de Mertens en el que, pese a los muchos años de carrera del belga, aún tiene recursos para sorprendernos. Divide el músico su orquesta en tres grupos en los créditos del álbum: las cuerdas, integradas por Tatiana Samouil, Wietse Beels y Hans de Vos (violines), Liesbeth de Lombaert y Jeroen Robbrecht (violas), Lode Vercampt (violonchelo) y Ruben Appermont (contrabajo), los instrumentos de viento, interpretados por Dymphna Vandenabeele (oboe, corno inglés), Bart Watté (clarinete), Katrien Noël (clarinete bajo), Filip Neyens (fagot, contrafagot), Hendrik Pellens (saxos) y Rozanne Descheemaeker (trompa) y un cuarteto final integrado por Eline Groslot (arpa), Peter Verbraken (guitarras), Evert Van Eynde (percusión) y el propio Wim Mertens (piano).
Representación pictórica de la Batalla de Accio.
“Tunneling” - Los primeros acordes de piano del disco tienen un toque de jazz desacostumbrado en la música de Mertens. Se ven acompañados por las cuerdas que actúan como refuerzo sin interferir demasiado en el desarrollo del tema. La introducción es larga y juega con variaciones sobre el tema inicial pero la segunda parte de la composición cambia por completo. Cuando aparecen los vientos nos encontramos en presencia de una pieza que encajaría mucho más con el el estilo de Eric Mertens que del propio Wim. Podría formar parte del primer disco de aquel, “Spleen”, sin ningún problema.
“Kyrielle” - En el segundo corte reconocemos ya al Mertens de los últimos años con un elemento que, si bien no es del todo nuevo en su música, sí que sigue sorprendiéndonos: la guitarra eléctrica. En los primeros compases del tema su presencia es muy relevante aunque conforme éste avanza se va integrando más con el resto de instrumentos hasta pasar desapercibida. La melodía está en la linea de los discos de finales de los noventa de su autor, particularmente de la banda sonora de “Father Damien”. Lo más destacable son las partes de saxofón del segmento central y la coda final en las que encontramos los momentos más brillantes de toda la composición.
“Set Metres” - Mucho más interesante nos resulta la siguiente pieza del disco, introducida por el piano que es rápidamente secundado por las cuerdas y los vientos. Es un tema con una estructura repetitiva al principio que va dejando entrever distintos elementos destinados a formar una melodía muy lograda en el tramo central.
“A Travelogue” - A continuación llega otra de nuestras piezas favoritas del disco. Es un corte que empieza de forma contundente con un tema bien definido que se repite varias veces. En el fondo tiene una estructura que casi podríamos calificar de “rock” con los las cuerdas y los vientos al unísono haciendo las veces de guitarras eléctricas. En muchos momentos nos recuerda a piezas de grupos pertenecientes a las tendencias más vanguardistas del rock como los también belgas Univers Zero.
“Nuanced” - Las ideas surgen por doquier desde el primer momento de esta pieza. Los fraseos de los clarinetes entrecruzándose, jugando de forma desenfadada sobre la base de piano son magníficos, dignos del Mertens más inspirado y libre porque esa es la sensación que nos transmite la composición: libertad. Mucho más allá de lo que solemos escuchar en la música académica y, particularmente en la de raíces minimalistas. Una pieza alegre, brillante y muy inspirada.
“Moss You Are” - El siguiente corte le resultará familiar al seguidor del Mertens más reciente ya que la melodía central es la misma que abría “In the Knapsack” del disco “What Are We, Locks, to Do”, el segundo volumen de la trilogía que cierra “Dust of Truths”. Una de esas melodías cuyo desarrollo es fácilmente predecible a poco que el oyente se halle familiarizado con la forma de componer del belga. Lo que hace especial la música de Wim es que, pese a todo lo dicho, la pieza sigue siendo maravillosa. La parte final de la composición, exclusivamente interpretada con cuerdas es de gran altura y nos recuerda a la tercera parte de la trilogía “Alle Dinghe” titulada del mismo modo.
“Transbordered” - Volvemos aquí a los sonidos y ambientaciones que ya escuchamos en “Kyrielle”. Un tema amable y que se escucha de forma placentera pero que tampoco aporta nada nuevo a estas alturas del disco.
“The Tonality” - Llegamos a otro de los puntos fuertes del disco. Una pieza que comienza con unas notas de piano que pronto entran en diálogo con las cuerdas. A partir de ahí se incrementa la intensidad y terminamos por encontrarnos en medio de una composición sensacional en la que la guitarra pone el sustento rítmico y los vientos dibujan melodías breves con gran precisión. El único “pero” que podemos ponerle es que hay momentos en los que esperamos un desarrollo mucho más poderoso que se queda en nada. Con todo, es un gran tema.
“Old Katarakt” - Un mayor tinte reflexivo se desprende de la siguiente composición que, por otra parte, nos acerca al Mertens clásico de discos como “Strategie de la Rupture” con las cuerdas como añadido principal a una melodía de piano que podría haber sido escrita en la época del citado disco sin problemas. Una vez más, el autor belga consigue un tema emocionante partiendo de elementos de lo más sencillos.
“More Real” - El proverbial talento de Mertens para crear melodías se pone aquí de manifiesto una vez más. El parte inicial disfrutamos de uno de sus clásicos temas breves que luego se transforma en una fiesta de ritmo y sonido propulsada por el piano en modo “Struggle for Pleasure” (por citar uno de los temas inmortales del compositor. Con esa base aparece la guitarra eléctrica y el resto de la Wim Mertens Orchestra para ofrecernos una pieza vital y optimista. Una verdadera gozada.
“Eigenstates” - El cierre del disco es verdaderamente extraño. El tema empieza con una serie de palmas interpretando un ritmo irregular. Con ese fondo entra la guitarra acústica y, más tarde, el arpa. La pieza, que se nos antoja una variación sobre otra composición del músico que no terminamos de identificar. En todo caso, creemos que es uno de los cortes más prescindibles de todo el disco y un cierre no demasiado adecuado.
Con “Dust of Truths” cierra Mertens “Cran Aux Oeufs”, una obra que nos ha brindado tres trabajos notables en un periodo de tiempo de apenas un año lo que nos tranquiliza en cuanto al nivel que cabe esperar del músico en los próximos años. No es fácil que un artista tan prolífico como Mertens mantenga un nivel tan elevado de forma sostenida pero tras un cierto bajón en algún momento de la década pasada, creemos que ha encontrado una nueva voz, una forma de expresión diferente a la de los años ochenta y noventa pero igualmente válida. Celebramos este hecho y esperamos no tardar demasiado en volver a saber de nuevos trabajos de Mertens.