Los pioneros del dibujo animado (Emile Cohl, Walter R.Booth, Stuart Blackton) solían utilizar pizarras en las que realizaban esquemáticas caricaturas en breves fases de movimiento con objeto de mostrar que la “magia” del cine podía llegar al figurativismo.
La fascinación de McCay por los dinosaurios debe entenderse en su contexto: cuando solo era un niño, tuvo lugar la “guerra de los huesos” entre Marsh y Cope, que atrajo la atención de todo el país, estimulando la imaginación de niños y jóvenes.
Tras debutar en la prensa de Cincinnati, a finales de 1903 se muda a New York para dibujar en el Herald. En febrero de 1905 [3], el Museo Americano de Historia Natural (Central Park, NY) dio a conocer por primera vez el esqueleto montado de un saurópodo: un brontosaurio [4] (fotografía publicada en 1915).
En Dreams of the rarebit fiend hay más muestras de la pasión de nuestro dibujante por los grandes saurios: pese a su voraz apetito a prueba de barcas, este dinosaurio moteado de 1910 debe ser el más desgarbado del mesozoico.
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[1] En 1910 dijo en una entrevista que había nacido en 1869, y ése es el dato que aparece en su lápida, pero al final de su vida rectificó a 1871. El censo de Michigan habla de 1867.[2] Para ser justos, debe reconocerse la paternidad de la técnica al alemán Julius Pinschewer en 1912, pero la Guerra impidió su difusión en Europa.[3] Dinosaurs and Other Extinct Saurians: A Historical Perspective (Geological Society, 2010).[4] Ya entonces era considerado un sinónimo de apatosaurio, pero un estudio de 2015 (Emanuel Tschopp, Octavio Mateus, y Roger Benson) ha concluido que se trata de especies distintas.