Una de las cosas positivas es que hasta la fecha no he tenido que llevar a los padawanes al cole con paraguas o con chubasquero. Lo que es un alivio, porque hay días que ya cuesta llevarlos en paz y tranquilidad sin añadir más inconvenientes, novedades y distracciones. Las botas de agua sí las hemos estrenado, pero por el momento los charcos siguen siendo un misterio por descubrir.
Y con los muebles de montaje pasa tres cuartos de lo mismo que con las cajas de cartón; son magnéticas. No hay niño que se resista. Así que me encontré de pronto con dos mini-ayudantes, pasándome los tornillos uno a uno, metiéndose en medio de las patas y tapas, y poniendo a prueba la resistencia de aquello que papi estaba montando, y que por lo visto, parecía una mezcla entre un barco pirata, una mesa patas arriba y un castillo de madera. La imaginación es el más potente de los poderes de la Fuerza. Y siempre es una buena oportunidad para 'hacer' cosas juntos, y para jugar y seguir aprendiendo.
A veces me asombra el trabajo que le cuesta al pequeño Luke pronunciar en muchas ocasiones la letra 'erre', y lo bien y rápido que aprendió a decir 'torrrnillo' y 'marrrtillo'.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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