La novela relata el origen, desarrollo y desenlace del la Segunda Guerra Mundial a través de las vicisitudes que sufren cinco familias que viven el conflicto en Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Rusia. Follet cuenta la gran historia a través de las pequeñas historias y consigue conmovernos y entretenernos a través de mil páginas en las que no regatea un profundo trabajo de documentación.
Y si digo que he sentido pavor es por ver como algunas de las situaciones que se señalan en el libro, podrían, con leves reformas, trasladarse a nuestro días. Y viendo las consecuencias que tuvieron en el pasado...
Porque la historia la escribimos cada uno de nosotros y no debemos olvidar que cada gesto, cada acción cuenta. Por eso debemos tener los ojos muy abiertos y aprender a juzgar lo que pasa a nuestro alrededor sin dejar que otros nos digan lo que debemos pensar o hacer. Porque nosotros somos los dueños de nuestro futuro, y sí, aunque el invierno sea duro, volverá la primavera.
( Solo decir que la novela me ha encantado, aunque me he ido por los cerros de Ubeda).