Pues coincide que ahora que tenemos a los Foxygen menos interesados en la psicodelia sesentera de su debut, y más arrimados al universo aparentemente deslavazado de Ariel Pink, he aquí que tenemos a un grupo que parece estar recorriendo el camino inverso. No es el único cambio: lo que hasta ahora conocíamos como un dúo muy sui generis (imposible olvidar esa foto en la portada de “Curiosity“, digna de haber sido extraída de la web de Awkward Family Photos, por lo menos) ahora aparece convertido en quinteto. Más gente, por tanto, para componer temas de retorcido psych-synth-pop, o como quiera que se llame ahora la intrincada música que facturan Rocky Tinder, Eric Phipps y sus tres nuevos colegas. ¿Más ambiciosos, quizás? Pues visto lo visto, yo diría que -por lo menos- la cosa pinta bien…
Quizá alguno se ha perdido en el primer parrafo (lo más probable es que si, picados por la curiosidad, habéis hecho click en el enlace de arriba y entonces, nunca, creedme: NUNCA, acabareis de leer esta entrada) así que vamos a intentar aportar algunos datos de forma más ordenada.
Wampire son una banda originaria de Portland, esa ciudad estadounidense en la que la gente normal es minoría. Su álbum de debut, lanzado en 2013, logró una cierta repercusión entre los medios especializados, si bien es verdad que el conjunto era algo irregular. Ahí había por lo menos un temazo de esos de dejar lo que estás haciendo y volver la cabeza, llamado “The Hearse“, cuyo único pecado era destacar tanto sobre sus hermanas menores que a las pobres no les hicimos ni caso: algún día debería aparecer por aquí, porque méritos ya digo que no le faltan.
Y como marcan las normas de la industria musical (corre-corre-aprovecha-ahora-que-están-mirando), no ha pasado ni un año desde la publicación del primer largo y ya se anuncia su continuador: “Bazaar” se editará el próximo 7 de octubre, de la mano de Polyvinyl Records, y cuenta con la producción de Jacob Portrait (Unknown Mortal Orchestra). Lo esperable (lo más común, en realidad) sería que con tan poco tiempo entre uno y otro disco, nos encontráramos con que el grupo hubiera quemado sus mejores cartuchos en el primero de ellos, y que la falta de tiempo y los no siempre favorecedores “mejores medios” dieran lugar a una segunda colección de canciones con la que catapultarlos al olvido. Pero, oye, he aquí que va y resulta que el single de avance me tiene enganchado: la melodía resacosa de “Wizard Staff” se ha adherido a este maldito agosto de borrascas, y los de Oregón han excitado mis oídos con promesas de suave psicodelia setentera y memorables fraseos de guitarra. Menos synth-pop, parece, más cercano al alt-country, y -loado sea El Señor- con unos solos de saxo capaces de enmudecer a todos los que habían condenado a este instrumento después de tantos desmanes en los ochenta. Ah, los raritos: qué falta nos hacen.
“We were searching so hard to find you
Among the foliage and plants
You were so hard to see, but I know
You were there just casting your shadows
A lonely spark in the breeze
Could only light up the trees, if you’re near
But maybe you were so hard to see
‘Cause you could hardly be
Just casting the shadows the way that you do
Or maybe
A lonely spark in the breeze
Is all this poor man needs
So pick up your spirits when he’s getting on
Oh yeah
Or maybe
The shadows fall on my soul
And wrapped my mind’s eye with gold
And the magic is changing the way that I see
Or maybe
I’ll finally finish the deed
And plant this lonely seed
With my wife, as it’s floating away in the breeze
And you’ll see
My magic casting a spell
On every poor man’s hell
His pocket’s so full?“