Debo admitir, que cuando vi por primera vez el tráiler de Wonder tuve miedo de que fuese el típico relato de superación que termina siendo contado de manera lacrimógena, llenando a su protagonista de los clásicos rasgos que obligan al espectador a empatizar únicamente con una versión unidimesional del protagonista, que termina ensombreciendo al resto de personajes.
Sin embargo, el director Stephen Chbosky (director de la aclamada Ventajas de un Marginado) , ha sabido dotar con gran acierto a esta película de los elementos necesarios para hacer de esta adaptación del libro La lección de August, una aventura llena de momentos ingeniosos y llenos de encanto, donde los buenos sentimientos siempre ganan.
Auggie Pullman (interpretado por Jacob Tremblay) es un niño de tan sólo 10 años que sufre el síndrome de Treacher Collins, razón por la cual tiene una malformación facial. A pesar de su corta edad, el pequeño ha pasado por 27 operaciones haciendo de su hogar, su colegio, y de su madre, su maestra. Esta tierna historia nos narra los primeros días de Auggie en la escuela secundaria con el único deseo de conseguir que sus compañeros y profesores vean más allá de su aspecto y le traten como un niño normal.
La actuación de Tremblay es, sin duda, la más destacable, aunque no esté al nivel de su papel en La Habitación. No obstante, gran parte de lo conmovedor de esta producción se debe al protagonista y sus encantadores padres Isabel ( Julia Roberts) y Nate ( Owen Wilson), y a la historia de su hermana Vía ( Izabela Vidovic). La sacrificada vida que ella lleva a la sombra de Auggie y las necesidades que éste tiene debido a su enfermedad resultan cruciales para que el espectador reflexione sobre cómo todos debemos crecer ante la adversidad y buscar la cara amable a los días grises.
Quizás este largometraje habría rozado lo excelente con un guión más arriesgado y que peca en ocasiones de demasiados clichés en sus personajes, donde, por ejemplo el niño pijo es el matón de la clase, o la niña rubia y guapa busca siempre triunfar y ser el centro de atención.
A pesar de estas pequeñas flaquezas, el modo en que se tratan temas como el bullying, la ruptura de una familia o la soledad, así como, las pequeñas metáforas utilizadas para hacer llegar al público el sufrimiento de Auggie, suplen estas carencias y logran hacer de Wonder una historia tierna y cuyo valor esencial se resume a través de una de las mejores frases de su guión y que dice así: "Cuando puedas elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable".