Este es uno de esos discos que me he bajado por la portada, ya que aunque conocía al grupo de oídas, nunca me he parado a escuchar su música porque el rock psicodélico no me va demasiado, y básicamente es lo que hacen. Esta vez no he podido resistirme a esa pedazo de foto del Golden Gate, y me he decido a dar una oportunidad a esta banda de San Francisco. La verdad es que es lo que me esperaba: guitarras sucias; voz con el reverb al máximo, y repetitivos ritmos de bajo y batería. Vamos, que siguen la tradición de esas bandas setenteras de su ciudad, esas que acabaron hasta las narices de los hippies, y hacían un rollo más experimental y muy poco amable.
West es su tercer álbum, y la verdad es que sus siete canciones son bastante densas, pero por alguna razón, enganchan bastante. Eso sí, unas más que otras, ya que hay canciones como Home, Looking Out o Black Smoke Rise, que se acercan al rock más convencional, y no son tan psicodélicas. El resto son extensos paisajes sonoros llenos de suciedad, que recuerdan a Spacemen 3, el Kraut-Rock y a los grupos que empezaron a experimentar con las posibilidades del ruido a finales de los sesenta.
No es una banda que vaya mucho con la línea de este de blog, pero creo que puede gustar a bastante gente de por aquí, y si no, siempre se puede admirar esa preciosa portada, que poco tiene que ver con lo que hay dentro.
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