Woody Allen sigue adelante.

Publicado el 13 julio 2013 por Jlcastagno
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Woody Allen. Características de obra y personalidad.


Everybody says I love you (Video favorito)

Letra y Traducción de la melodía (es muy bonita la música, como quien siente un sueño)



Reconozco que es un genio, posee una filosofía y una forma personal de ver la vida, desde su formación judía y neoyorkina. Es trágico, pero se sobrepone a la adversidad (o finge hacerlo), apostando al humor y a la ironía filosa.

Woody Allen - Famoso de los 70

Woody Allen. Dramas Oscuros

Cuando no quiere hacerlo, filma dramas muy densos, a veces ni dejan lugar a la esperanza, como sucede en  Setiembre -que no me despertó interés- (1987) o La otra mujer (1988), ambas con su ex pareja Mia Farrow. En la segunda, mucho mejor que la primera, Gena Rowlands se luce de maravilla. Y a sus 50 años, descubre que ha fracasado y que perdió su última oportunidad: un hombre que la amaba (Gene Hackman), que encontró otra pareja con quien compartir el atardecer.
Interiores (1978) fue su primer intento de los años 70 en tal sentido, y resultó un fracaso. Triste y de acabado desolador, con una madre suicida (Geraldine Page), que trastorna a toda una familia. Ya lo culpaban de ser poco accesible para el gran público. Quedó tildado como alguien complicado. La película se llama así "por la excesiva preocupación por lo decorativo, por la estética de una habitación, dejando de lado los sentimientos, que eran lo único que podía aportarle calidez".

La otra mujer - Dos mujeres en crisis

Woody: Innovación y Personaje sobre sí mismo

Me resulta difícil sacar conclusiones sobre él, ya que no quiero ser complaciente. Aunque se merece toda mi devoción por su voluntad innovadora, por la originalidad de sus tramas argumentales, por su sarcasmo inteligente y provocativo. Quiere contar historias de una forma adulta, incursiona en lo nuevo, aunque a veces falle. Ha logrado secuencias prodigiosas. Es irrepetible. ¿Quién puede seguir su huella? Aunque muchas mujeres lo consideren un tonto feo y aburrido, y muchos hombres un excéntrico lunático, pienso que él se inventó un personaje a partir de sus defectos más visibles, que tienen que ver con su vida, para intentar su auto-crítica, sin miedo a reflejarse, a burlarse de sí mismo o de su personaje. Aunque remedarse resulte siempre una misión inconclusa.

Interiores - Tres hijas y una madre aterrada


Y que aprovechó para a partir de ahí, derivarse hacia otros caminos, por diversos complejos y traumas de los que no parecía padecer tanto. Logró el éxito, tuvo parejas y es astuto. Como un disfraz para encubrirse, para hacerse el tonto. (De eso lo acusó Mia Farrow).Su confesada neurosis, su continua crisis existencial fue valiente en una época en que todos se colocaban como ahora, la consabida careta de triunfador y perfecto intocable.


Woody. Las películas cómicas del principio

Comenzó realizando películas cómicas, más bien una secuencia de escenas con gags con un hilo argumental endeble, a modo de excusa. Eran películas que carecían de unidad, y de cierta corrección técnica.

Robó, huyó y lo pescaron - Padres avergonzados

Los estudios no apostaban nada por él, pero cuando Take the Money and run o Robó, huyó y lo pescaron (1969) resultó exitosa, las cosas cambiaron. Era algo novedoso. Un humor blanco, lleno de ingenuidad, muy personal, en un momento en que los cómicos ya no aparecían, salvo las películas de Mel Brooks.

Robó, huyó y lo pescaron - Woody tiene buen gusto

Woody prosiguió con Bananas (1971),  y tenía total libertad creativa, algo insólito. Pero  luego empezó a decaer con El dormilón (1973), a pesar de presentar un arsenal de intenciones. Ya Diane Keaton era su pareja y principal colaboradora. Pero empezó a volverse reiterativo, y no encajaba en ningún género. Esta no parecía una comedia de ciencia ficción, sino más bien algo híbrido. Por ejemplo, se le ocurre parodiar a Blanche Dubois, la heroína de Un tranvía llamado deseo, sin que encaje en la obra.

Bananas - Parodia del castrismo

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar (1972), repuntó algo y sin perder ingenuidad, pero le siguió una parodia de La Guerra y la Paz de Tolstoi, aunque el principio es francamente muy gracioso. Se llamó Love and Death o La última noche de Boris Grushenko- 1975. Y remataba con un monólogo, como si hubiera que terminar con una breve exposición de ideas, una moraleja con la que podías estar en desacuerdo. En estas ya se aprecia unidad, un acabado técnico más profesional.

Todo lo que Ud. quiso siempre saber sobre el sexo y...
Un bufón en problemas.

Siempre hace de fracasado, y de enamoradizo de mujeres hermosas que tienen pretendientes que resultan ser competidores imposibles. Con métodos de seducción de payaso y absurdos, donde juega con su fealdad. Si termina ganando, es por ser divertido o por despertar ternura, jugando a ser a medias un niño.

El viraje de Woody Allen hacia la comedia dramática

Dos Extraños Amantes

Ahí fue cuando dio una vuelta de tuerca a cómo contar una comedia sobre una historia de amor, o al menos un intento por una historia de amor. Para no quedar encasillado. Annie Hall o Dos Extraños Amantes (1977),  su primer clásico, demuestra que ya es imposible retornar a los romances inmaculados de los años de oro. Por el contrario, su realismo cotidiano refleja una época confusa, de crisis de valores, donde ambos (o sólo él) se complican la existencia, con planteos psicoanalíticos que no conducen a ninguna parte. Su perspectiva es totalmente nueva pero problematizada.

Diane Keaton - Su compañera predilecta

Se atrevió a mostrar las neurosis de las grandes ciudades con todos sus psicofármacos, aunque adore las vistas de Nueva York. Representó tardíamente la caída del sueño hippie, de creer que “todo lo que necesitas es amor” y "que basta con el amor libre y con recibir una flor". Fue la era Pos-Vietnam. Resurgió la obsesión por el éxito y el dinero, por un sueño americano que sólo ganan unos pocos y que ni él ni sus personajes logran encontrar. Sumergidos siempre en un ámbito intelectual.

Dos Extraños Amantes - Tratando de ser feliz

Recuerdo de Annie Hall una escena impactante en la que el hermano de Annie le confiesa su locura, su deseo de matarse estrellándose contra otro auto (cuando él se ocupa de llevarlos a su casa después). Hay siempre un lado oscuro, que trata de rehuir por todos los medios, tomándolo en broma, parodiándose.

Manhattan

Manhatttan (1979), su segundo clásico, rodado en blanco y negro, donde le rinde homenaje a la música de Gershwin, puede resultar interminable. Pero esos diálogos no habían aparecido nunca. Nadie había intentado “psicoanalizar” a alguien en una pantalla, con tantas palabras y vericuetos racionalizados. Resultan excesivamente complicados, "requieren de tiempos más prolongados que los que puede ofrecer un relato fílmico", pero ofrece lecturas interesantes. Parodia al psicoanálisis freudiano. Fue su último éxito en los Estados Unidos, y Europa ya lo adoraba. No apunta a un perfil masivo, ni comercial.

Manhattan - Filosofía en el puente


Manhattan - El cuarentón y el amor de una mujer niña


Llama la atención que toque el tema de un romance con una adolescente de 17 años, buena y dulce (Mariel Hemingway, una de las nietas del famoso escritor), siendo él un cuarentón, tópico que retomará con Juliette Lewis en Maridos y esposas (pero ahí es una jovencita consentida que se cree con derecho a manipular a los demás). Con ello propone mostrar signos de una personalidad inmadura.
Pero por lo general siempre termina solo, por su egoísmo, por pensar nada más que en su insondable falta de satisfacción. En otra secuencia de Manhattan, se propone enumerar usando una grabadora, todas las cosas que hacen que valga la pena vivir, y muchos le reprocharon que no hubiera incluido en la lista querer un hijo. Más en el momento de su juicio contra Mia Farrow.

Manhattan - Catálogo para desear la vida. Sin niños, please.

Woody Allen: La mala racha

La separación de Keaton lo perjudicó muchísimo. Sobrevino después el fracaso de Stardust Memories (1980), con Charlotte Rampling, donde continuaba la costumbre, como buen cinéfilo, de rendirles un homenaje a grandes exponentes del cine de autor, ya en vías de extinción. Como Bergman, Fellini, o los Hermanos Marx. Pero siempre muestra vidas frustradas, insatisfechas. Nada colma el alma. Es como el consumismo publicitario que siempre agrede, convenciéndote de que siempre te falta algo y no puedes conseguirlo.

Stardust Memories - 8 1/2 no acepta réplicas

El principio de la colaboración con Mia Farrow (también con su carrera en franco declive) no fue muy feliz. Comedia sexual de una noche de verano (1982), que le rinde un homenaje a Shakespeare, pasó desapercibida, y a mí me gustó mucho. Broadway Danny Rose (1984), de veras es malísima.

Woody. Ideas muy originales:

Zelig y La Rosa Púrpura de El Cairo

Quizás a partir de Zelig (1983), filmada como un documental de los años 20, también en blanco y negro (en la era del jazz), sobre un hombre fenómeno que puede mimetizarse como un camaleón  y La rosa púrpura de El Cairo (1985), las cosas mejoren en cuanto a lo comercial. Zelig puede gustarte o no, depende, puede parecer un film extraño, poco usual.

Zelig - La doctora del camaleón

Pero el problema es que a pesar de ser ideas tan originales, su tratamiento en la pantalla hace agua por algún lado. En La rosa…, trata nada menos que de un galán que se enamora de una espectadora y sale de la pantalla, en plena Gran Depresión, hacia el mundo real para conquistarla. Son temas riquísimos, que abren posibilidades nunca exploradas, y que nadie se atrevió a continuar.
El peor defecto es que la película dentro de la película, y que sirve de evasión para la protagonista, no ofrece ningún interés, nada que salga de lo esperado y la sorprenda. Y eso era un detalle importante para justificar su obsesión por el filme (ni siquiera se sabe bien de qué trata). Pero al final, en el cine de Allen, cuando sus personajes tienen que elegir entre la Luna o los seis peniques, siempre ganan los peniques.

La rosa púrpura de El Cairo - ¡Cuidado, es real!

Woody y una obra maestra. Hannah y sus hermanas

Óptimos resultados se lograron con otra obra maestraHannah y sus hermanas (1986), donde tanto él como Michael Caine interpretan personajes de características parecidas. Y esta vez la obsesión de Woody es el miedo a la muerte, la hipocondría y  la búsqueda de un más allá (para satirizar de paso a todas las religiones, buscando la mejor oferta como si fuese de compras), y así encontrarle algún sentido a su vida. Lo consigue al ver disfrutando y morirse de risa a los Marx (sobre todo Groucho) en Una noche en la ópera. Moraleja: Nos perdemos el presente por un futuro irrealizable. Y además aquí no termina solo, sino muy feliz junto a Diane, con quien logra encontrar muchos puntos en común.

Hannah y sus hermanas - Dilemas contemporáneos

Caine inicia un amorío con su propia cuñada (Barbara Hershey) , aprovechando un hermoso poema y acordes de una sonata de Bach. Dianne Weist (otra de las parejas reales de Woody, -mujeres no le faltaron, y ya le era infiel a Mia), retrata a un personaje entrañable, una soltera madura que no sabe qué hacer con su vida y se siente menos que sus hermanas. Una escena graciosa es escuchar sus pensamientos cuando nota que el arquitecto prometedor parece preferir a su amiga.

Woody moralista. Crímenes y Pecados.

Crímenes y pecados - El éxito, el fracaso y el mal

Después me perdí algunas películas. Puedo mencionar la inclasificable Crímenes y pecados (1989), un planteo filosófico excelso sobre la moral, la injusticia, y si en realidad existe la Justicia de Dios. “La moral no sirve en el mundo real”, aducen sus personajes y el exitoso doctor Rosenthal (Martin Landau) encarga que maten a su amante (Angelica Huston), aunque cargue con la culpa de por vida y nunca lo confiese. Y observará espantado que nunca lo paga, que no hay ningún castigo divino esperándolo y que encima, prospera, amado por su mujer y sus hijos.

Woody siente que el mundo es patético y también injusto. Que gana el que juega sucio y el más favorecido, porque tiene ventaja y no es previsible. Y porque el factor suerte lo puede acompañar. El éxito viene de la mano del crimen, del delito o de la habilidad para usar a los demás, y el fracaso viene acompañado de la soledad y la envidia. A ningún censor le gustaría aprobar eso.
De ahí el personaje de Alan Alda, su cuñado, un mediático crítico y realizador de comedias, que gana por su carisma y por su habilidad para manipular a través de su encanto, y no por una verdadera sabiduría profunda, que no le interesa demasiado a un mundo mediocre, que prefiere no pensar.

Woody. Sorpresa tardía, Otra Obra Maestra: Match Point

Con esta misma preocupación, realizará una tardía obra maestra en Londres. Match Point (2005) con Scarlett Johansson y Jonathan Rhys-Meyers. Un profesor de tenis muy listo logra pertenecer a la aristocracia inglesa casándose, pero tendrá que matar a su amante para conservar su posición. Por el status y el materialismo, traiciona a sus sentimientos, a la mujer que despierta su pasión. Pero se sentirá aprisionado entre la culpa y esa familia que en el fondo no quiere, con un hijo a punto de llegar.

Match Point - Hermosa escena de pasión

La suerte o el demonio, (un paredón que impide que un reloj pulsera caiga al río, como si fuese la red del campo de tenis), permite que logre salirse con la suya. Hay una hermosa escena de amor entre Scarlett y el joven, cuando se besan apasionadamente en el parque bajo la lluvia, mientras a ella se le abre el vestido.
Esta película se distingue mucho de las demás. Se aproxima más al relato clásico. Woody no aparece, ni tampoco narradores que ofician de testigos o de autores de la trama, intercalados entre las tomas. Pero su racionalidad y emocionalidad es brillante. La secuencia del crimen, usando la escopeta de sus suegros, delante del ascensor, nos presenta una capacidad admirable de construcción de escenas.

Match Point - Deseo, belleza y ambiciones

Woody. Otras obras destacables

Por 1989 le toca filmar uno de los tres episodios de Historias de Nueva York. Aunque el mejor sea el de Scorsese, a Woody le corresponde Edipo reprimido, donde la clásica madre judía, sobre-protectora, castradora y origen de todos sus problemas, lo mantiene en una pesadilla. Después de su desaparición en un truco de magia, donde la encierran en una caja que atraviesan con cuchillos, él no puede disimular su satisfacción. Pero la anciana vuelve transformada en un gigantesco rostro espectral, siempre presente en el cielo para humillarlo delante de toda la Gran Manzana. Lamentablemente, hace agua en la segunda mitad, cuando aparece la vidente (un rasgo irónico es que se la recomienda su psicólogo).

Historias de Nueva York - Cuidado al cruzar la calle, hijo.

Mientras sucedía el escándalo de la separación de Mia Farrow, donde ella  denunciaba que había seducido a una de sus hijas adoptivas, que se casó con él. Y lo acusaba de no sentir afecto por los niños (incluso que había abusado de uno de ellos, cosa que no pudo probarseEstaba muy despechada), rodó Maridos y Esposas (1992). Muy apropiado para el momento.

Maridos y esposas - Unidos por el espanto

Un matrimonio que desea separarse (el realizador Sydney Pollack y la australiana Judy Davis), se resignan a volver a convivir, aunque sepan que no dará resultado. Primero, porque la otra pareja del hombre se pelea violentamente con él porque habló sobre astrología en una reunión y él siente que eso lo pone en ridículo, en tanto que la esposa no puede abrirle su corazón a otro hombre (Liam Neeson), bloqueada por el dolor. Woody se queda solo y Mia hace una nueva pareja con Liam.
Otra que me gustó mucho fue Poderosa Afrodita (1995), donde parodia el promiscuo comportamiento sexual de una joven ingenua, que no percibe la maldad de quienes la rodean y que actuaba en películas pornográficas (y lo disfrutaba). El no le dice haber descubierto que es la madre de su hijo adoptivo, y terminará apoyándola y amándola para que encarrile su vida. Hasta tiene otro hijo con ella, con un reconfortante mensaje de humanidad y generosidad. El hecho de que aparezca por primera vez su deseo de tener hijos tiene un sentido más que elocuente, limpiar su imagen bastardeada.

Poderosa Afrodita - Si volviera a ser joven...

Woody en Europa. Siempre intentando

Woody Allen es más reconocido en Europa que en los Estados Unidos. Aunque sus últimas películas son, por lo general, diferentes. Everybody says I love you Todos dicen Te Quiero (1996), rodada en París, por ejemplo, intenta recuperar un cine perdido, y por supuesto, no lo logra: el género musical.

Micro-historias irrelevantes, cómicas, con alguna melodía entre medio. Me encantó la escena con Goldie Hawn, la que inserté al principio, donde canta el leit-motiv del filme “I’m through with love”, (Terminé con el amor), un clásico de la Gran Depresión. Goldie llega a volar con sutileza, como un ángel, bajo un clima poético, ligero y melancólico, al borde del Sena. Ahí, un Woody avejentado, ya no le sentaba como compañía.
Pero no hay productoras estólidas, ni un público dispuesto a sostener tal género, que terminó condenado a su desaparición en los 60. Todos los famosos quieren tener el lujo de darse un lugar con Woody, que es una leyenda viviente. Este mito filmó cuatro clásicos, es dueño de una fraseología única y le aportó una mirada diferente al cine contemporáneo. Momentos memorables,

Pero éste dirigirá sin aparecer más en la pantalla. Lo retomé cuando fui a ver Melinda y Melinda (2004), protagonizada por Radha Mitchell para creer que ya nunca más volvería a ser lo que había sido. Fue antes de la fantástica Match Point. Otra vez una idea ingeniosa, pero no me convence. El no contó con los intérpretes que esperaba: Winona Ryder y Robert Downey Jr. (ambos con problemas judiciales).

Melinda y Melinda - Drama y comedia trastocada

Se trata de contar la misma historia en paralelo, pero en tono de comedia y en tono de drama, donde el principio es el mismo pero el desarrollo cambia, porque al cambiar la mentalidad, cambian las decisiones. La dicotomía del teatro griego. Un alter ego (Will Ferrell) apenas te hace reír en chistes remanidos y te resultan ridículas, triviales y hasta histéricas, las escenas dramáticas, con una pretenciosa historia bovariana (me refiero a Mme. Bovary de Flaubert, la esposa infiel, que no encuentra el amor en su marido). Aun así siempre están esos "detalles" allenianos, aunque el conjunto no funcione del todo bien.
También tuvieron su oportunidad Javier Bardem y Penélope Cruz en Vicky Cristina Barcelona (2008).

Medianoche en París (2011), tiene el mérito de rendirle un homenaje a la olvidada vanguardia de los años 20 en París, y al impresionismo de la belle époque. Pero la trama es estúpida. Dos parejas de turistas americanos comprando cosas todo el día, mientras Owen Wilson (otro alter ego) viaja al pasado en un carruaje todas las noches para presentar dobles o caricaturas de todos esos genios, sin que jamás aparezca algún conflicto. Y yo quiero conflictos. El más logrado es Ernest Hemingway, gracias a la interpretación de Clive Owen, y está muy buena la de Salvador Dalí, obsesionado con los rinocerontes. Y le da una buena idea al mismísimo Buñuel.

Medianoche en París - ¿Qué estoy haciendo aquí?