Como les comenté antes, durante julio estuve trabajando y apenas tuve tiempo para leer, así que los escasos dos libros que leí durante ese mes los colaré indiscriminadamente en este wrap up —por eso y porque estoy muy atrasada con esta sección, para qué engañarnos. Durante agosto viajé a mi ciudad natal después de mucho tiempo. Quería descansar, pasarla bien, y no podían faltar libros en mi equipaje; eso sí, todos finitos para que entren en mi maleta. Y felizmente todos fueron buenas lecturas o me habría arrepentido de llevar peso de más.
• Kitchen de Banana Yoshimoto: No recuerdo dónde leí comentarios buenísimos de esta autora japonesa —¿Isa-yanis, quizás?—, pero me animé con ella de la mano de su novela debut, Kitchen. Este libro está compuesto por dos relatos, y tanto el primero como el segundo tienen como elemento central la muerte. Nuestros personajes oscilan a su alrededor de maneras diferentes, en órbitas diferentes; y es una delicia conocerlos. He leído por ahí que esto es de lo más flojo que tiene Yoshimoto en su bibliografía, y si lo disfruté tanto habrá que leerla más.
• El lector de Bernhard Schlink: Y seguimos con las recomendaciones blogueriles, esta vez gracias a Nina Rapsodia. Sus gustos suelen coincidir con los míos, así que cuando vi que consideró esta novela su mejor lectura del 2014, sabía que caería en mis manos más temprano que tarde. El lector nos transporta a la Alemania de la postguerra, donde Michael inicia un romance con Hanna. Él está en sus quince; ella, casi en sus cuarenta. Él se enamora como nunca; ella desaparece. Y su reencuentro no será nada de lo que ambos imaginaron. Hay escenas de este libro que se me quedaron grabadas como pocas, reflexiones que mientras leía pensaba en cómo las había pensado antes, pero había fracasado en ponerlas en palabras. Lectura indispensable, he dicho.
• El extranjero de Albert Camus: Durante la FIL me recomendaron este libro y, por casualidades de la vida, me lo regalaron días después. Meursault tiene que ser uno de los personajes más interesantes que he tenido el placer de conocer. Era cuestión de leer algunas páginas para sumirme en una crisis existencial de la que no me sacaba nadie, creo que llegó a mí en el momento preciso. Más Camus, por favor.
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Esto es agua de David Foster Wallace: Mi primer encuentro con este autor supone el discurso que dio a los graduados en artes liberales del Kenyon collage en el 2005. Un texto cortísimo que nos sugiere cómo ver el mundo que nos rodea, y que provoca que la persona que cierre el libro no sea la misma que lo comenzó . Léanlo porque os lo digo, o en su defecto escúchenlo.• Saga de Brian K. Vaughan y Fiona Staples: Si hubiera tenido a la mano 100 issues de Saga, los leía todos y me quedaban cortos. Durante el mes pasado compré y leí el segundo, tercero y cuarto capítulo de Saga, los únicos publicados en español. El resto de issues publicados los leí en formato digital y necesito más. Hace poco posteé mi reseña de esta novela gráfica, y la calidad de estos libros no hace más que ir in crescendo.• Diario de una volátil de Agustina Guerrero: Una lectura muy ligera y entretenida, una de las novedades que trajo Penguin para la FIL. Difícilmente has estado en twitter o facebook sin toparte con una de las ilustraciones de Agustina Guerrero. Y más difícil aún que no te hayas sentido identificada, porque o esta mujer te ha espiado Dios sabe cómo, o las féminas tenemos más en común de lo que nos gusta admitir.
• Deadpool mata el universo Marvel de Cullen Bunn: En líneas generales, nuestro merc with a mouth llega al asilo Ravencroft, de donde sale más mentalmente perturbado que de costumbre con la idea de, spoiler alert, cargarse el universo Marvel. As simple as that. Disfruto mucho de leer a Deadpool, pero los tres issues que conforman esta novela gráfica me pasaron volando. Todo muy fácil y muy rápido. Pero las últimas páginas son una genialidad, y dan paso a unas dos siguientes partes de la trilogía asesina que me gustaron mucho más. Pero dejemos eso para septiembre, ¡nos leemos!responder