Con el inicio de este nuevo siglo el arte le ha permitido volver a vivir. Se ha ido poblando de galerías de arte, muchas y muy famosas algunas, festivales de arte, atelieres, hoteles y pequeños polos gastronómicos. Sin lugar a dudas el crecimiento que comenzó como algo marginal se ha convertido en mainstream.
El distintivo del barrio son sus pinturas/murales/graffitis de gran tamaño que pueblan las paredes de os mas diversos lugares. Hay expresiones de todo tipo pero la mayoría de gran calidad.
De noche el ambiente cambia y se vuelve mas sombrío, quizás porque la mayoría de los negocios y galerías cierran y porque aunque están cubiertas y repletas de arte, las calles se vuelven desoladas.
Wyndwood merece una visita, para quienes estén interesados en el arte, quienes estén atentos al desarrollo social de las ciudades y para cualquiera que tenga la capacidad de asombrarse y disfrutar con una cara distinta de Miami.
Te cuento del viaje. marcelo lopez. argentina