Alonso le dio la mano de forma afectuosa y se abrazaron, lo mismo que había hecho antes su compatriota Coentrão, con quien intercambió un breve diálogo, mientras que el jugador se tapaba la boca para que la cámara que los enfocaba no pudiese distinguir lo que le decía.
Mourinho luego también, mientras se dirigía al vestuario, conversó con personal del Real Madrid que se encontraba en el campo a la espera de la entrega del trofeo de campeón.
Antes que diese comienzo el partido, mientras caminaban a sus respectivos banquillos, Mourinho y el entrenador italiano Carlo Ancelotti, que ocupó el puesto en el banquillo del Real Madrid que él había ocupado durante las pasadas tres temporadas, fueron charlando tranquilamente, con una buena imagen de profesionalidad y deportividad.
Sin embargo, Mourinho no intercambió saludo alguno con los jugadores del Real Madrid que saltaron al campo ni los fue a felicitar al concluir el partido por el triunfo logrado.
Si ayudó a levantarse al defensa Sergio Ramos cuando el jugador del Real Madrid cayó al suelo cerca de donde él estaba colocado para dirigir las acciones del Chelsea.