El domingo 28 de abril se disputó la IV travesía do Xalo en la que tuve una discreta participación con el puesto 100/166 que, sin embargo, me dejó muy satisfecho porque muestra que mi progresión continúa dejando atrás las molestias que tanto me acompañaron el año pasado.
Los primeros clasificados tras completar el recorrido de 22 km fueron Fernando Cancelo, Fernando Arca y Juan Carlos Rodríguez, junto con Sonia Botana, Almudena Suárez e Iria Soto.La carrera organizada por la Asociación Castelo Deporte mejora año tras año en calidad organizativa y en diseño del circuito, buscando siempre sorprendernos con un recorrido nuevo en el que, en cada edición, aumenta el desnivel positivo acumulado y disminuyen los tramos de pistas anchas. Para conseguir algo así es preciso pasar muchas horas en el monte dando vueltas por todos sus caminos y desbrozando muchas zonas. Como colofón, nos ofrecen una churrascada al final de la prueba que supone un nuevo reto para los mas hambrientos, a ver si son capaces de comérselo todo. Lo menos que se puede hacer es agradecer y felicitar a los organizadores y voluntarios por el gran trabajo realizado para que una panda de aficionados pasemos una mañana de monte con dorsal en el pecho.
Andaina que se celebró paralelamente
Dado que la carrera nos había dejado muy buen sabor de boca, allí nos plantamos el sábado 4 de mayo para intentar patear nuevamente el recorrido del domingo anterior, algo que conseguimos realizar aproximadamente en un 60-70%, pues la buena labor de desbalizaje y la multitud de caminos que se entrecruzan dificultan la labor de reconocimiento de la ruta en muchos puntos y, también, porque en alguna zona nos apetecía llegar hasta algún lugar estratégico como O Castelo da Veiga. Como decía, allí nos plantamos 5 corredores, de los que 3 repetíamos tras la carrera, uno se reincorporaba al monte tras recuperar una pequeña lesión y otro casi se estrenaba en esta práctica. Disfrutamos de un día soleado con buena temperatura, siendo el día en que mas he sudado en lo que va de año. La ausencia de lluvias de la última semana hizo disminuir mucho la presencia de barro y la primavera se hacía sentir con toda su fuerza durante una mañana de camaradería a lo largo del recorrido de 19 km.
La anécdota del día fue el hallazgo de una llave de coche extraviada que, increíblemente, un día después encontró a su dueño gracias a un comentario publicado en un foro de Correr en Galicia.
Castelo da Veiga
Saliendo del pasadizo de O Petón do Xalo