Las ayudas sociales están bien vistas en general por la ciudadanía, no cabe duda. Por eso nuestros políticos las usan instrumentalmente para parecer más humanos y conseguir votos. Pero la mayoría de las ayudas son vergonzantes (por no decir humillantes), además de estar mal planteadas. Ya he comentado en otras ocasiones que muchas de ellas, además, tienen que declararse en renta y pagar por ellas, con lo cual la ayuda no es tal, o no es tan grande como quieren que la veamos. Luego están las ayudas miserables, como la de los libros escolares, y digo miserables, no porque no puedan ser necesarias, sino porque para conseguir una ayuda de sesenta o cien euros hay que justificar mil cosas y luego tardan lo que tardan en pagar. Xarxa Llibres es una de esas ayudas utilizada mediáticamente y que a fecha de hoy, casi un año después, todavía no ha sido abonada por completo.
Xarxa Llibres
El programa de Xarxa Llibres fue impulsado por la Generalitat Valenciana y a fecha de hoy se hace evidente que su mal funcionamiento supera a las ventajas.
Las familias tuvieron que comprar los libros, y no fue hasta ocho meses después que se empezaron a pagar. Por otro lado, hay que tener en cuenta que muchas veces el coste de los libros rondaba los trescientos euros y la ayuda podía llegar a los cien. ¿Dónde está la supuesta gratuidad del material escolar que tanto anunciaban? ¿A quién quieren engañar?
Cuando nos encontramos a un mes de plazo para volver a pedir la nueva subvención, aún hay muchos padres que no han cobrado la del año anterior.
Si se opta por la gratuidad de los libros, no deberían programarse este tipo de ayudas, simplemente tendrían que entregarse gratuitamente a los padres al inicio del curso cuando justificasen su nivel de ingresos. Complicarlo más es del todo absurdo, ineficaz y vergonzoso.
Ramón Cerdá